La Sanidad pública ha emprendido una transformación de su modelo organizativo para afrontar uno de los desafíos que le permitirían salvarse de la crisis económica, mejorar la atención a la "pandemia" de enfermos crónicos, sirviéndose para ello de las tecnologías de la información y la comunicación, en un proyecto en el que colabora Canarias.

El Sistema Nacional de Salud (SNS) contará en enero con una nueva aplicación informática dirigida a los profesionales sanitarios de toda España, que recogerá información concreta y precisa de cada enfermo crónico para mejorar y coordinar la atención que recibe.

Ésta es una de las medidas de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el SNS, en la que trabajan las autoridades sanitarias en colaboración con sociedades científicas, de profesionales y pacientes, ha informado la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa.

El nudo gordiano del proyecto es readaptar el actual modelo sanitario, enfocado a las dolencias agudas, a una nueva realidad social caracterizada por el envejecimiento poblacional.

En España hay 20 millones de enfermos crónicos que protagonizan 8 de cada 10 consultas de Atención Primaria y 6 de cada 10 ingresos hospitalarios, y que representan el 80 % del gasto sanitario total.

Por eso el Gobierno ha incluido esta Estrategia entre las medidas para garantizar la sostenibilidad de la Sanidad, recurriendo a las nuevas tecnologías para descongestionar hospitales y reducir costes.

La nueva herramienta, interoperable en todas las CCAA, corregirá la asistencia fragmentada que reciben estos pacientes, muchos de ellos pluripatológicos, obligados a peregrinar por varios especialistas para tratamientos y pruebas que se superponen.

Inicialmente participarán en el proyecto, junto con los expertos del Ministerio, Asturias, Canarias, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, País Vasco, la Comunidad Valenciana y Navarra.

Este grupo de trabajo será responsable de planificar el diseño de la aplicación y de definir recomendaciones para su integración posterior en la historia clínica electrónica.

Sanidad comenzará por llevar a cabo una "estratificación de la población" que permita identificar a las personas con riesgo de contraer una enfermedad crónica, abordar estrategias preventivas y predecir las necesidades de las que ya la padecen.

"Se trata de optimizar recursos llevando a cabo intervenciones en las que el balance coste-efectividad sea positivo por lo que es básico actuar sobre una población diana correctamente seleccionada", indica el borrador de la Estrategia al que ha tenido acceso Efe.

Los técnicos que trabajan en este proyecto habrán definido a finales de año los indicadores de evaluación y "entre diciembre y enero" habrá concluido la estratificación de los pacientes.

Al amparo de este mapa, se hará una valoración integral de las necesidades médicas, de cuidados funcionales y sociales de las personas, y se definirán "intervenciones individualizadas".

Se propondrá después el recurso más adecuado a la situación clínica, a la fase de la enfermedad y al apoyo sociofamiliar existente. "El objetivo es tratar personas, no enfermedades", ha matizado Vinuesa.

Los afectados recibirán formación específica que favorezca su "autogestión" y "autocuidado", de modo que detecten rápidamente "síntomas de alerta" que les permitan evitar una crisis.

A través de esta red compartida se facilitará el seguimiento de los crónicos de manera continuada, siempre en coordinación con la Atención Primaria y Especializada, con Enfermería y también con sus cuidadores, reduciendo las visitas a consulta y los ataques agudos que les obliguen a ir a urgencias o a ser hospitalizados.

También se incrementará la atención domiciliaria a través de los enfermeros, que visitarán al afectado en su hogar e intervendrán a tiempo cuando éste empiece a descompensarse.

Sanidad quiere implementar otros sistemas telemáticos que permitan recuperar la tradicional funcionalidad sanitaria del hogar, como el espacio más aconsejable para el seguimiento de los enfermos.

La teleasistencia es una realidad ya en algunas CCAA, pero con programas dirigidos a patologías concretas como la diabetes o la hipertensión. Por ejemplo, el cardiópata informa diariamente de datos como tensión arterial, frecuencia cardíaca, temperatura, respiración y peso, que se chequean en tiempo real en el hospital.

Las autoridades sanitarias estudian ahora un sistema global que sirva para el conjunto de dolencias crónicas y cuyo uso sea accesible y sencillo para la población general.