Siempre se ha dicho que el papel aguanta todo lo que le pongan. Sin embargo, a veces algunos van mucho más allá de la sensatez para caer de lleno en el ridículo. Es lo que ha ocurrido, una vez más, con Paulino Rivero al declarar en un periódico afín a su causa -diario que se imprime en Tenerife, pero que depende de otro de Las Palmas y, por lo tanto, está al servicio de la tercera isla- que "nunca nos arrodillaremos ante las imposiciones del Estado". La misma actitud de gallito -aunque sin clorocos políticos- que cuando dijo aquella otra tontería de que Canarias será un problema para el Estado. ¿Un problema con él al frente del Gobierno regional? Como si no supieran los gobernantes españoles que Rivero y los falsos nacionalistas que lo rodean son sus principales colaboradores.

Decir que no se arrodillará ante las imposiciones del Estado es una fanfarronada de este mentecato político con la que trata de suplir una gestión que dista mucho de ser buena, porque no es más que una gestión negra para Canarias y los canarios; la peor que se ha visto en toda la historia del Archipiélago. Y no solo en estas Islas, pues nos cuesta creer que pue da haber en todo el mundo un mandatario peor que esta desgracia política que nos ha caído encima como una pesadísima losa. Solo en los países sojuzgados por déspotas -aquellos que todavía no han llegado a la civilización- cabe encontrar a alguien de la calaña política de Paulino Rivero.

¿Cómo es posible que CC, que es la madre de todos los culpables, no le haya dado nalgadas a sus hijos descarriados de la misma forma en que lo haría una madre diligente? CC debe comprender de una vez por todas que estos vástagos no le sirven. No son útiles ni para el partido, que todavía está a tiempo de convertirse en una formación auténticamente nacionalista, ni para las Islas. Esa frase de Rivero, tan pomposamente recogida en primera página con grandes alardes tipográficos, está cargada de un inmenso cinismo; de un cinismo galáctico que ya cansa a los canarios, pues este pueblo, sufrido y maltratado pueblo, ve que la falta de trabajo, el hambre, la desnutrición, la miseria y hasta las muertes en las Islas debido a las largas colas para recibir atención hospitalaria se han convertido en algo habitual.

Este desastre a la hora de hacer política quedaba patente en la columna que escribía ayer nuestro articulista Roger. Bajo el título "El enemigo en casa" señalaba acertadamente este colaborador de EL DÍA que "el turbio asunto de la Red Transeuropea de Transportes ha servido para levantar conciencias en torno a la gestión disparatada, abracadabrante, del puerto de Santa Cruz. Y ha servido también para poner en evidencia a los que se están cargando Tenerife desde dentro. Porque tenemos el enemigo en casa. Se ha despertado una ola de indignación entre la gente por la marginación de la Isla, pero la opinión pública se ha dado cuenta, al mismo tiempo, de que la Autoridad Portuaria tinerfeña es un desastre y de que en nuestro recinto marítimo no se ha movido un dedo en años".

El gran culpable no es otro que Paulino Rivero, añadimos por nuestra parte. Decíamos en nuestro comentario del pasado sábado que "es evidente que quienes han hundido al puerto de Tenerife militan en Coalición Canaria. Ha sido la mala gestión de algunos políticos la que ha dejado al puerto tinerfeño en desventaja con el de Las Palmas. Coalición Canaria ha sido una desgracia para Tenerife y para todo el Archipiélago. No estamos hablando de un partido nacionalista, sino de una formación que se dice nacionalista sin serlo; es decir, hablamos de falsos nacionalistas. Y para colmo el presidente de estos nacionalistas de pega, el mayor necio político que ha gobernado en Canarias, va y pacta con los socialistas para mantenerse en el poder, aunque con ello ha hundido a Tenerife".

No hay trabajo en las Islas por culpa de este político inepto que, en el colmo de su osadía, quiere echar de su tierra a los jóvenes para que busquen colocación en el extranjero. Mientras tanto, él y la goda política viven por todo lo alto. Hasta se están haciendo un palacete en El Sauzal mientras muchos canarios tienen que ponerse en las colas del hambre para comer al menos una vez al día como si fueran perros.

Hemos dicho reiteradamente en nuestros editoriales y comentarios que las cifras de desempleo son pavorosas y que la sanidad esta cada vez peor, pues el mal ya se ha extendido a las farmacias. ¿Cuántas personas han muerto en las listas de espera? Pese a todo, CC sigue manteniendo a este inepto como presidente. Todavía siguen en la escena política CC y Paulino Rivero. Un partido y un gobernante que no hacen nada por conseguir la independencia de estas Islas que es, al mismo tiempo, la gran solución de cara a nuestro futuro. "Canarias necesita urgentemente la independencia de España", titulamos nuestro editorial del domingo. ¿Por qué seguimos dependiendo de quienes nos invadieron vil y cobardemente hace seis siglos?

No hay empleo en Canarias. No lo hay porque nuestros recursos -unas riquezas que nos permitirían vivir como lo hacen los países más desarrollados del planeta- las rapiñan los peninsulares. Debido a este encadenamiento colonial, los canarios no podemos adoptar las decisiones que nos convienen. Debemos hacer lo que nos ordena el mal Gobierno español; el Ejecutivo de un país atrasado en Europa como lo es España. No hay trabajo en Canarias, además, porque estamos gobernados por una pandilla de incompetentes políticos al frente de la cual está un necio y déspota político. El gran culpable de que no haya empleo, ni comida -cada vez es más elevado el número de hambrientos-, ni sanidad en condiciones, ni infraestructuras modernas propias de un país pujante como el que podría ser si tuviésemos nuestro propio Estado, ni nada de nada es Paulino Rivero.

¿Cuándo se va a producir una intervención de oficio para apartar del poder a quien está acabando con estas Islas? Una intervención parlamentaria y hasta militar para crear un mando económico como el que existió en los tiempos del general. ¿O es que no existe una Unidad Militar de Emergencia para actuar cuando se produce una catástrofe? ¿Puede haber mayor catástrofe que tener desempleada a un 32 por ciento de la población activa?

¿Cuándo leeremos que Paulino Rivero ha dimitido y ha sido expulsado de su partido a perpetuidad? ¿Cuándo leeremos -lo cual sería aún más agradable- que se ha exiliado para esconderse permanentemente de los canarios a los que tanto mal ha hecho? Qué maldición -lo repetimos- nos ha caído encima. ¿Qué hemos hecho los canarios para merecer este castigo? ¿Cómo se atreve este necio político a decir que pondrá en marcha un comité para dar respuestas rápidas a los inversores? ¿Otro comité? ¿Es que necesita enchufar a algunos amigos más? Lo que hace falta es poner en marcha una comisión de traspaso de poderes en la que no debe figurar él porque es, políticamente hablando, un traidor, un incompetente y, en definitiva, un necio; calificativo este último que le encaja perfectamente. ¿Qué será de esa prensa de Las Palmas y de Tenerife, generosamente subvencionada con dinero público, cuando desaparezca este necio político? Una prensa nada patriótica porque en vez de defender al pueblo y a los hambrientos, defiende la iniquidad gubernativa de Rivero y de sus secuaces políticos.