España e Italia podrían beneficiarse de la compra de bonos soberanos por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o su sustituto permanente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), cuya entrada en vigor se producirá como pronto a mediados de septiembre.

La intervención en los mercados de deuda primario (emisiones del Tesoro) por parte del fondo de rescate ha sido citada por el Banco Central Europeo (BCE) como prerrequisito para su propia compra de bonos en el mercado secundario (deuda ya en circulación).

El objetivo de la estrategia no es otro que calmar las tensiones en los mercados que impiden a España e Italia refinanciarse a precios razonables.

- Activación y aprobación

Para que el fondo europeo de rescate compre deuda de los países presionados por los mercados, el primer requisito es que el Estado en cuestión solicite formalmente un programa.

A continuación, la Comisión Europea en colaboración con el BCE, y con algún tipo de implicación del Fondo Monetario Internacional (FMI), redactará en el plazo de uno a dos días un memorando de entendimiento en el que se especificarán las condiciones macroeconómicas de la ayuda.

Si España solicitase la intervención del FEEF/MEDE en el mercado de deuda tendría en todo caso que firmar un nuevo memorando, pese a que el país ya selló uno recientemente a cambio de la ayuda europea de hasta 100.000 millones de euros para sanear sus entidades financieras con problemas.

Ambos acuerdos son formalmente distintos, pero podrían considerarse equivalentes en la práctica.

Si bien el primero se ciñe al sector bancario y el segundo se dirige a toda la economía, en el caso de España -al haberse formulado ya toda una serie de "recomendaciones" económicas para reconducir su déficit y sus desequilibrios- podría eventualmente considerarse que no se necesitan nuevos ajustes fiscales y reformas estructurales.

No obstante, cualquier programa de compra de deuda soberana por parte del fondo de rescate está ligado a una estrecha y frecuente supervisión del cumplimiento de los compromisos, es decir, que en todo momento se pueden añadir nuevas condiciones o suspender la ayuda.

Una vez consensuado el memorando, se precisará el visto bueno del Eurogrupo y la autorización de los parlamentos nacionales para aquellos países que lo precisen, como Alemania y Finlandia.

- Distintos tipos de intervenciones

Intervenir en el mercado primario implica comprar bonos de nueva creación en su fase de emisión y directamente de manos de los Estados, mientras que hacerlo en el mercado secundario supone hacerse con bonos ya adquiridos, una especie de reventa.

El antiguo programa de compra de deuda soberana del BCE, que se ha dado por finalizado hoy, sirvió para comprar deuda de países con dificultades de financiación por valor de 211.500 millones de euros y se limitó al mercado secundario.

La compra de deuda en el mercado primario es percibida como una ayuda directa a los Estados que obtienen recursos financieros a cambio de los bonos que colocan; las adquisiciones en el secundario, en cambio, están vinculadas a los inversores.

- Condiciones

La intervención en el mercado primario está pensada, en principio, como complemento a un programa de rescate total o parcial ya iniciado y vinculada a unas exigencias ya previstas, que según los casos podrían revisarse. La compra de bonos además no puede sobrepasar el 50 % de la cantidad final emitida, a menos que se realicen mediante un fondo de coinversión.

Los requisitos para dar luz verde a la compra de bonos en el mercado secundario son distintos para países sujetos a un programa integral de ayuda -como es el caso de Grecia, Irlanda y Portugal - y para los demás.

Los intervenidos deben respetar las condiciones específicas de su plan de asistencia y a los demás se les pedirá que cumplan una serie de condiciones previas y que tomen determinadas acciones correctivas que se precisarán en el memorando.

Entre los requisitos previos figuran el respeto al Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) o a los compromisos de reducción del déficit excesivo -para España, al 6,3 % del PIB este año, al 4,5 % en 2013 y al 2,8 % en 2014-; tener una deuda pública y una balanza comercial sostenible; atenerse a los objetivos de corrección de los desequilibrios macroeconómicos excesivos, y contar con un sector bancario sin problemas de solvencia.

Este último punto podría resultar controvertido en el caso de España, aunque las fuentes consultadas entienden que una vez activada la ayuda europea para la recapitalización bancaria no habrá problema.