El Gobierno está dispuesto a actuar con calma y "prudencia" antes de decidir si solicita ayuda financiera europea, y estudiará "con detenimiento" el plan de compra de deuda presentado por el Banco Central Europeo y sus consecuencias para España y para el euro, antes de dar ningún paso.

Fuentes del Ejecutivo han dejado claro con estas palabras que no se adoptará ninguna decisión de manera inmediata y han recordado que, en estos momentos, España está cumpliendo las exigencias fijadas en el procedimiento de déficit excesivo en el que está inmersa, por lo que no ve necesidad de "nuevas condiciones".

Según estas fuentes, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y la canciller alemana, Angela Merkel, no han tenido tiempo de escuchar la rueda de prensa que ha ofrecido hoy en Fráncfort el presidente del BCE, Mario Draghi, quien ha presentado los ejes del programa para comprar deuda soberana en el mercado secundario con vencimiento entre uno y tres años.

Draghi ha precisado que para que la entidad actúe en el mercado de deuda secundario, los gobiernos deberían aceptar las "condiciones estrictas y efectivas" que van unidas a un programa de los fondos europeos de rescate, ya sea el Fondo Europeo de Estabilidad (FEEF) o el futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), mecanismos que intervendrían en el mercado primario.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy no quiere precipitarse y debe estudiar si éste es el mecanismo adecuado para sus necesidades y cuáles son las condiciones, porque, en este momento, insisten las fuentes, las que se conocen se están cumpliendo.

Recuerdan que Rajoy, al ser preguntado por un eventual rescate tras entrevistarse la semana pasada con el presidente francés, François Hollade, dejó claro que haría lo que fuera bueno para España y para el euro, y hay que analizar si el plan es positivo o no para la moneda única.

Hay que estudiar todas las posibilidades, la letra pequeña del plan del BCE y sus consecuencias, insisten las fuentes.

Recuerdan además cómo, tal vez por no hacer ese análisis en profundidad, los mercados respondieron en un principio de forma negativa al plan de ayuda financiera a la banca, hasta que se precisó que el fondo de rescate permanente europeo no sería un acreedor preferente.

El Ejecutivo quiere esperar además a la decisión el próximo 12 de septiembre del Tribunal Constitucional alemán sobre el fondo de rescate permanente, conocido como MEDE.

El Gobierno tiene claro, y ése es el mensaje que está trasladando a todos sus socios europeos, que buena parte de la prima de riesgo española no es achacable a los problemas del país, sino a la incertidumbre que reina en los mercados sobre el futuro del euro y la irreversibilidad de la moneda única.