El Gobierno quiere reducir el precio de los carburantes y para ello va a estudiar medidas dirigidas a limitar los márgenes comerciales que obtienen las empresas, que en España están por encima de la media europea, y revisar la normativa de los contratos de abanderamiento de las gasolineras.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno y portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, indicó que el Ejecutivo quiere abundar en la liberalización de los contratos entre las petroleras y los empresarios de estaciones de servicio independientes (abanderamiento) para facilitar los cambios de distribuidor y "conseguir mayor competencia y beneficio para el consumidor".

En cuanto a los márgenes comerciales obtenidos por las empresas, la vicepresidenta señaló que las actuaciones que se barajan son de tipo impositivo y estarán dirigidas a las empresas y no a los consumidores.

Fuentes del Ministerio de Hacienda precisaron que lo que está en estudio es la aplicación de "un recargo al beneficio derivado de los excesivos márgenes" que obtienen las empresas en la comercialización de carburantes.

La vicepresidenta insistió en que las medidas están en fase de análisis e indicó que el Ejecutivo todavía tiene que analizarlas y hablarlas con el sector.

El anuncio de Sáenz de Santamaría se produce después de la presentación ante el Consejo de Ministros de un informe elaborado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo sobre la situación de los precios de los carburantes, que en las últimas semanas han marcado precios máximos, coincidiendo además con el aumento del IVA.

Los precios tienen tres componentes principales: el coste del carburante en los mercados, el margen comercial y los impuestos. España es "de los países que menos gravan los carburantes, pero donde el margen y las ganancias son mayores", dijo Sáenz de Santamaría.

La vicepresidenta aseguró que en España la subida del crudo se repercute de inmediato en precios y las bajadas se demoran, y parafraseó al ministro de Economía, Luis de Guindos, que esta semana señaló que los precios de las gasolinas "suben como un cohete y bajan como una pluma", refiriéndose a un efecto ya estudiado por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC).

A modo de ejemplo señaló que la gasolina de 95 octanos, según datos de finales de agosto de este año, tiene unos impuestos de 69,3 céntimos el litro; el coste de la materia prima es de 66,9 cts/l y el margen del 15,5 %.

Por contra, en la eurozona los impuestos ascienden a 92,6 cts/l, el coste a 66,8 y el margen al 13,3 céntimos.

En el caso del gasóleo, en España, los impuestos alcanzan los 58,5 cts/l, el coste se eleva a 68,7 cts/l y el margen es del 15,1 %, mientras que en Europa, estas magnitudes se sitúan en 71 cts/l, la misma tarifa y el 13,3, respectivamente.