El presidente del Partido Popular de Tenerife y alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, apuesta por una solución rápida y no traumática para la crisis política abierta en agosto por seis de los ocho concejales del Grupo Municipal del PP de Santa Úrsula. Ayer aseguró que no está previsto expulsar del partido a ninguno de los ediles que se rebelaron contra su alcaldesa, Milagros Pérez, y abogó por solucionar el conflicto con una reunión de la mesa de seguimiento del pacto PP-PSC en el municipio.

Domínguez reconoce que los seis ediles del PP cometieron "un error garrafal" al presentar una enmienda al Plan de Ajuste del ayuntamiento sin informar previamente a la alcaldesa ni a su socio de gobierno del PSC. Y recalca que "ellos mismos han reconocido que las formas no fueron las correctas".

A su juicio, "no se puede sacar una enmienda de repente sin hablarlo antes con la alcaldesa y menos para modificar el pacto de gobierno suscrito con el PSC. El PP es un partido serio y cumple sus acuerdos. Y si se quiere cambiar algo, eso se negociará en la mesa del pacto".

"Yo no tengo en cartera la expulsión de ningún concejal del PP de Santa Úrsula, pero este partido no va a permitir que los actos de rebeldía se utilicen para hacer reivindicaciones ante la dirección insular. Lo tengo clarísimo. Este partido tiene unas reglas de juego y hay que cumplirlas o no se puede seguir dentro", sentenció.