El daño que le ha hecho a las empresas canarias de comunicación el mago político que nos gobierna es inconmensurable. Nos referimos a los medios de comunicación que no son de su cuerda, porque a los que le alaban sus andanzas los tiene untados con subvenciones públicas. De forma especial, este bruto y necio político ha acabado con las emisoras de radio que informaban a sus oyentes con independencia. A EL DÍA le obligó a cerrar la más benemérita del Archipiélago, con el consiguiente despido de una veintena de personas, al negarle las licencias de frecuencia modulada que en justicia le correspondían. Como le parecía poco todo esto, desde el 1 de septiembre la Radio Autonómica compite con las emisoras privadas en captar publicidad.

De nuevo, insistimos, una actuación torpe, absurda y carente de inteligencia de este político sin seso. Ni Radio Autonómica, ni Televisión Autonómica. Es un crimen que se esté destinando a estos medios una ingente cantidad de dinero, procedente de los impuestos que pagamos todos, cuando hay tanta gente pasando hambre en estas Islas. Millones de euros que podrían recibir los niños, los ancianos y todas las personas que los necesitan. Para colmo del sinsentido, la Radio Autonómica compite ahora comercialmente con las empresas que la sustentan con sus impuestos, que son muchos. No albergamos la menor duda de que si esto sigue así, muy pronto habrá un levantamiento en las calles. Se palpa que estamos a punto de una explosión de consecuencias imprevisibles. El carácter aplatanado de los canarios ha servido de colchón para que los sinvergüenzas políticos que nos gobiernan hayan hecho de las suyas durante mucho tiempo, pero hasta la paciencia de los santos tiene un límite. La gente nos llama para contarnos el malestar que se respira por todas partes. Lo repetimos: pese a que la naturaleza del pueblo canario es pacífica, no tardará en prenderse la llama, porque en lo que se avecina habrá incendios urbanos tan pavorosos como los que han arrasado nuestros montes. No estamos poniéndonos apocalípticos; simplemente estamos relatando la realidad.

La gente, también insistimos en este punto, está muy cansada de aguantar el despotismo político de Paulino Rivero y de los necios políticos que forman su Gobierno, sin olvidar a la musa; a la goda política que dirige todo desde la sombra, sin que le importe denunciar a las personas y a los medios de comunicación honrados cuando piden que se aclaren ciertos asuntos dudosos. Los canarios están cansados de vivir en la miseria cuando podrían hacerlo como los ciudadanos de los países más ricos del mundo. Todo por culpa del colonialismo español y de un partido de falsos nacionalistas, incapaces de exigir la libertad de su tierra. No tienen prisa por la independencia porque a ellos les conviene seguir como los lacayos de los descendientes de quienes asesinaron a nuestros antepasados. Para estos bolsilleros políticos no existe la memoria histórica de los guanches.

Canarias está mal por culpa de estos necios políticos, pero la peor parte se la lleva Tenerife. Hay que reactivar las obras paralizadas por culpa de la envidia cochina de Las Palmas. Hay que poner de nuevo en marcha las obras de la playa de las Teresitas, de forma que estén concluidas antes del próximo verano. El mamotreto, que tanto empeño tienen en demoler los socialistas a las órdenes de Las Palmas, debe concluirse, pues forma parte del proyecto de Perrault. Hay que echar a la calle -y dejarlos a merced del pueblo- a los políticos socialistas que se han opuesto a todo siguiendo órdenes de su partido; es decir, insistimos, siguiendo órdenes de Las Palmas. Santiago Pérez, Corrales y Martín son los principales culpables de que Santa Cruz no tenga una playa como le corresponde, aunque no los únicos. Alcalde Bermúdez: reanude cuanto antes las obras de Las Teresitas. Del alcalde Pérez no decimos nada porque está a las órdenes de su partido, cuya sede se encuentra en Las Palmas.

Lo mismo podemos decir de la Red Transeuropea de Transportes -un asunto que abordaremos de forma extensa en nuestro editorial de mañana domingo- y las consecuencias que tendría para Tenerife el que su principal puerto se quedase fuera de las ayudas comunitarias.

Decíamos ayer al final de nuestro comentario, parafraseando un lenguaje político de otros tiempos, ¡Viva Canarias, una, grande y libre! Hoy le damos la vuelta a otra frase que sigue expuesta en los acuartelamientos: "Todo por la patria tinerfeña". La patria natural, no la impuesta por los invasores. ¡Todo por la patria canaria!