Carlos Quintero Reboso (Valverde, 1926) es el autor del libro "Historias del pueblo herreño", más de medio millar de páginas en las que describe el acontecer de su isla natal durante el periodo comprendido entre los años 1925 y 1950, época marcada por episodios tan importantes como el advenimiento de la República o el estallido de la Guerra Civil.

Este geofísico jubilado, que fue director regional para Canarias del Instituto Geográfico Nacional, además de colaborador de EL DÍA, ha dedicado bastantes años de su vida a investigar y recopilar información sobre su terruño natal, material que ha utilizado para escribir tres libros: "El Hierro. Una isla singular", "El Hierro. Siglos XIX y XX" e "Historias del pueblo herreño", que fue presentado recientemente.

"Historias del pueblo herreño es la continuación de los dos libros anteriores, pero da la casualidad de que es un periodo bastante conflictivo y complicado que abarca el final de la dictadura de Primo de Rivera, el advenimiento de la II República y su involución, el alzamiento militar, la guerra y la postguerra, todo ello en El Hierro. No es tan fácil hablar de un periodo tan problemático en una isla en la que nos conocemos todos".

Este investigador del pasado de su tierra, que asegura ser un historiador aficionado, aclara que en este libro "mezclo anécdotas y sucedidos pocos transcendentes. Con la parte digamos fundamental, que son los desmanes que cometió la II República en su segundo periodo. Tuvo un primer periodo en el que culturizó el país y un segundo bienio que en mi opinión se radicalizó y se hizo excesivamente anticlerical".

Carlos Quintero pone especial énfasis cuando se refiere a la Guerra Civil. "En El Hierro no hubo Guerra Civil, pero sí consecuencias. Las palizas que dio la falange, los que tuvieron que huir hasta el año 1944, tres en Isora y tres en El Pinar. Los pueblos no decían palabra y a las autoridades les fue imposible encontrarlos".

Él es consciente de que "en El Hierro la Guerra Civil pudo haber llegado a tener consecuencias graves. Aquí vino un señor, un tal Cota, que no era herreño, con otros que se vistieron de falangistas y empezaron a dar porrazos por ahí. Hubo un episodio muy traumático cuando se llevaron a la gente de El Pinar al cementerio e hicieron un simulacro de ir liquidándolos. Hacían como que les pegaban un tiro, los manchaban de sangre.. fue muy traumático. Gracias a que vino después un herreño que era militar, Dacio Darías Padrón, que como comandante que era paró esos desmanes. Si no hubiera venido, quizás hubiera llegado a haber muertos".

Otro de los asuntos que recoge este libro es el de los herreños que murieron en la Guerra Civil, una treintena de jóvenes, entre los que se pasaron al ejército republicano y los que fueron con los rebeldes. "Un alto porcentaje si tenemos en cuenta la población que tenía El Hierro en aquella época", precisó.

También incluye un apartado dedicado a las comunicaciones de El Hierro, que estaba muy aislada por aquella época. "Se vivía exclusivamente de lo que producía la tierra , la ganadería y la pesca. Era una isla víctima del aislamiento, no teníamos puerto ni aeropuerto. Hasta los años 60 del siglo pasado no pudo atracar un barco en un pequeño muelle. Estábamos aislados y abandonados, como todas las islas menores", precisó.

La intención de este estudioso a la hora de abordar este trabajo, cuya metodología ha seguido un criterio cronológico, ha sido la de tratar de ser lo más objetivo y veraz posible, "aunque no soy historiador". Sus fuentes documentales han sido los archivos y bibliotecas de Santa Cruz de Tenerife, el archivo Diocesano, la escasa bibliografía existente sobre El Hierro, las actas de los ayuntamientos y el Cabildo herreño, además de un centenar de entrevistas con personas mayores de la isla, "algo irrepetible porque la mitad se ha marchado para siempre".