El Plan Territorial Especial de la Actividad Turística, conocido por PTE, llegó tarde. El Cabildo de La Palma ofreció a los empresarios en 2007 suelo para desarrollar sus infraestructuras, justo cuando lle- gaba la crisis y finalizaban los años de bonanza. Cinco años después, el crecimiento previsto se ha visto reducido en más de un 90%, con tan solo autorizaciones para pequeños o medianos alojamientos. El portavoz del Partido Popular, Carlos Cabrera, recuerda que las previsiones de crecimiento de la planta alojativa hasta el año 2012 se cifraba en 8.258 plazas turísticas, pero la realidad es que hasta el pasado mes de julio se han otorgado apenas 571, autorizaciones “que ahora hay que ver si cristalizan”. El PTE marcó un techo de 25.000 camas hasta 2020, pero son apenas unos centenares las que se han sumado a las 10.000 con las que La Palma contaba en 2010. Cabrera, buen conocedor del sector también por razones familiares, tiene claro que la Isla “no ha contado con los suficientes alicientes y atractivos normativos, porque naturales sí los tiene, para que la inversión, el empleo y el crecimiento económico fueran una realidad. Las cifras son alarmantes”. Piensa que aunque es cierto que la crisis tiene su influencia negativa en el desarrollo de proyectos, “hay iniciativas paralizadas desde hace tiempo que mantienen sus expectativas de inversión”. Lo que se debe hacer “es modificar el PTE”.

●Hotel de Santa Lucia.-

Las previsiones futuras tampoco son halagüeñas, hasta el punto de que algunos de los expedientes de hoteles de lujo previstos en el territorio insular han caducado. Es lo que ocurrió recientemente, como ejemplo más evidente, con el hotel de Santa Lucía, en Puntallana, de cinco estrellas. El promotor quería aprovechar una vieja y hermosa casona del siglo XVII, junto a otras instalaciones, para ofrecer servicios de primera calidad. Tras solicitar y recibir del Cabildo de La Palma la autorización previa, el expediente acabó recientemente caducando.

●Hacienda de abajo.-

La única instalación turística de envergadura que abrirá sus puertas en un futuro inmediato, quizás de semanas o, como período máximo, de unos meses, es el hotel Hacienda de Abajo, en Tazacorte, un complejo exclusivo, resultado de la cuidadosa rehabilitación de una antigua hacienda azucarera del siglo XVII. Cada rincón de esta instalación tiene una historia que contar. Destacan sus colecciones de patrimonio artístico de incalculable valor, desde una de las mejores colecciones de tapices en Canarias, con piezas de los siglos XVI, XVII y XVIII procedentes de los talleres flamencos y franceses; una valiosa pinacoteca con obras del XV al XX, que abarcan una gran variedad de géneros y técnicas pictóricas con un denominador común que es su gran calidad; esculturas, muebles y porcelanas chinas desde la dinastía Tang hasta la dinastía Qing; muebles europeos de los siglos XVII, XVIII y XIX; delicadas tallas religiosas del XVI al XIX y toda suerte de otros objetos suntuarios. La excepción que cumple la regla.