Arraigado desde hace cuatro décadas en suelo tinerfeño, el director barcelonés Josep Vilageliu pasa por ser uno de los autores más atípicos del cine canario. Visto por unos como un francotirador irredento y por otros como un ovni que aterriza periódicamente en el cambiante paisaje del audiovisual, el director de "Ballet para mujeres" ha sabido desarrollar su obra al margen de las denostadas subvenciones e incluso abrir nuevos canales de comunicación cultural a través de su blog, de melvilliano título, "En pos de la ballena blanca". El que fuera miembro fundador del añorado colectivo Yaiza Borges estrena hoy en el TEA de Santa Cruz su nuevo trabajo, "Nube9", junto a los cortos "El duelo" y "Ángeles", respectivamemte dirigidos por Borja Texeira y Daniel León Lacave.

De su película apenas ha trascendido un eslogan referente a la obligatoriedad del sexo y la abolición de toda intimidad. ¿Una crítica a los programas de telerrealidad, a la inexplicable aceptación social con que cuentan?

Más bien los dardos van dirigidos al mundo virtual en el que ya nos encontramos de hecho, un mundo donde la información es instantánea y no permite la reflexión ni la necesaria perspectiva. Las nuevas generaciones viven ya en las redes sociales y el impacto de la telerrealidad es cosa de otros tiempos, o por lo menos no afecta tanto a quienes miran a través de una pantalla de ordenador y no del obsoleto aparato de televisión. No obstante, ambos participan de la banalización de las relaciones humanas. El sexo sería la cara más visible de esta desacralización y pérdida de los misterios de la vida. En las redes sociales prima la exhibición, pero es una máscara que cada uno pone por delante para protegerse. En mi cortometraje, la utopía de la liberación de la información y de la total transparencia conlleva la pérdida de la intimidad.

Un viajero que va al encuentro de un amigo y se encuentra con una habitación vacía remite al universo de Kafka. ¿Su trabajo va dirigido en esa línea?

Supongo que sí, en el corto no hay ni un plano de exteriores. El mundo se ha reducido a una habitación de hotel. Y no hay escapatoria.

Estrena periódicamente en el TEA junto a cineastas de generaciones posteriores. Cuando confronta miradas, ¿percibe que su visión y su cultura son otras?

Cuando compruebo las preferencias y gustos de los otros cineastas veo que me encuentro en otra galaxia. Sin embargo, sí que he encontrado algunos cineastas cuya obra admiro y que a su vez aprecian lo que hago. Es el caso de Daniel León Lacave, que estrena "Ángeles", y que coincide conmigo en el concepto de "cine leve". No es que pretenda crear escuela, pero no deja de alegrarme que algunos cineastas intenten un cine más moderno, cercano a lo que se está haciendo fuera de nuestras fronteras, sin pretender ganar premios ni aumentar el número de espectadores sino siguiendo sus impulsos. Todo esto sin menospreciar los intentos de otros cineastas dentro de coordenadas más genéricas, que hacen el cine que les gusta pero que pertenecen a una generación distinta a la mía, que crecieron viendo "La guerra de las galaxias" en vez de "El año pasado en Marienbad" o "El eclipse", dos de mis películas de formación.

¿Qué opina de esa vía de financiación que se abre paso en la música y en el cine, bajo el nombre de "crowdfunding"? ¿No iba ya por delante en este aspecto?

El llamado "crowdfunding" lo utilizamos nosotros en 1984 para financiar el largometraje "Bajo la noche verde", a partir de contribuciones de mil pesetas. Me refiero al colectivo Yaiza Borges. A partir de ahí, mis cortos, medios y largos, salvo "A la deriva", me los he pagado de mi bolsillo, lo que me ha dado una gran libertad creativa. El otro corto que se estrena hoy, "El duelo", ha sido financiado también por este procedimiento, que es, ahora que han desaparecido todo tipo de subvenciones y coproducciones con organismos oficiales, una buena solución. Expones tu proyecto y siempre habrá quien apoye tus ideas y tu manera de hacer las cosas.

¿Son los blog y los foros de internet el nuevo ágora del cinéfilo?

A través de los blogs hemos establecido un diálogo entre creadores. Forman una extensa red virtual muy provechosa. Uno ya no se encuentra tan solo. Falta, eso sí, un poco más de crítica y análisis de lo que se hace. Parece que hay un cierto miedo a que se tomen mal los comentarios negativos. Creo que hace falta más valentía. Contrastar pareceres es muy provechoso, pero en la red hay mucha susceptibilidad.

¿Cómo afectará a la programación y difusión del cine la subida del 21% del IVA cultural?

La exhibición cinematográfica estaba ya muy tocada antes de esta subida. Nos encontramos en un momento de cambio. Si consideramos la programación de las multisalas en Tenerife, vemos que se trata de entretenimiento. La cultura se ha refugiado en los museos, que son ahora quienes programan el cine más interesante.