El papa Benedicto XVI defendió hoy en Líbano la libertad religiosa como "un derecho fundamental", en un discurso ante los líderes políticos y religiosos del país, tras reunirse con ellos en el palacio presidencial de Baabda.

"Predicar y vivir libremente su propia religión sin poner en peligro la vida y la libertad debe ser posible para todos", dijo el sumo pontífice, que llegó ayer al Líbano en la primera visita, de tres días, a este país en sus siete años de pontificado.

En su opinión, "la libertad religiosa tiene una dimensión social y política indispensable para la paz. Promueve la coexistencia y una vida armoniosa por su compromiso común al servicio de las causas nobles. La búsqueda de la verdad no debe imponerse por la violencia, sino por la fuerza de la verdad, que es Dios".

Joseph Ratzinger ha viajado al Líbano en un momento de tensión en Oriente Medio por la crisis en Siria y las protestas contra un vídeo del profeta Mahoma, considerado blasfemo por los musulmanes.

"¿Por qué Dios escogió esta región? ¿Por qué vive en la tormenta? Me parece que es para que sirva de ejemplo y sea testigo ante la faz del mundo de la posibilidad de que el hombre pueda vivir su deseo de paz y reconciliación de modo concreto", indicó.

En ese sentido, consideró que "Líbano está llamado, hoy más que nunca, a ser un ejemplo", ya que en este país el cristianismo y el islam han convivido durante siglos.

En referencia a los Estados que se enfrentan a conflictos armados, desempleo, pobreza, corrupción y terrorismo, instó a "la solidaridad para apoyar las iniciativas que conducen a la unidad del pueblo por medios justos y honestos".

El papa, que terminó su alocución con un "salam aleikum" (que la paz sea con vosotros), abogó por una "sociedad plural, de mutuo respeto, convivencia, conocimiento del otro y diálogo continuo".

Por su parte, el presidente libanés subrayó en su discurso que en el Líbano todos se han puesto de acuerdo para evitar las repercusiones de lo que sucede en la región y preservar la estabilidad.

"La democracia no puede ser alcanzada en los países de la región, si los cristianos no participan en la vida política", advirtió Suleimán, quien manifestó el deseo del Líbano de que haya "reformas y derechos para las poblaciones de los países árabes, pero lejos del odio y la violencia".

Expresó la determinación de su país de atender a los refugiados sirios, instó a una "solución justa" del conflicto árabe-israelí y rechazó una vez más el asentamiento definitivo de los desplazados palestinos en territorio libanés porque "tienen derecho a regresar a sus hogares".

Dirigiéndose al papa, Suleimán afirmó que ha venido "como mensajero de la paz": "Somos conscientes de que su visita contribuirá a poner de relieve el papel del país (el Líbano) en el diálogo de las civilizaciones", aseguró.

Tras las entrevistas con las autoridades, Benedicto XVI tiene previsto almorzar con los patriarcas y obispos, así como con miembros de la Asamblea del Sínodo para Oriente Medio en el Refectorio del Patriarcado Católico Armenio de Bzommar, cerca de Beirut.

Después, se dirigirá a la sede del patriarcado maronita en Bkerke para celebrar un encuentro con los jóvenes a las 18.00 hora local (15.00 hora GMT), donde tiene previsto pronunciar un discurso.

Durante la jornada de ayer, el papa firmó la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio y pidió la paz para la región.