El Gobierno de EE.UU. negó hoy haber tenido información de inteligencia que alertara de un inminente o planeado ataque contra su consulado en Bengasi (Libia), donde el martes fallecieron el embajador Chris Stevens y otros tres estadounidenses.

En una rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, sostuvo que "no tuvimos ninguna información de inteligencia sobre un ataque inminente o previsto a la misión de EE.UU. en Bengasi".

El responsable respondía así a una información del diario The Independent, que cita fuentes diplomáticas anónimas y asegura que el Departamento de Estado tuvo información creíble 48 horas antes de lo ocurrido en el consulado en Bengasi acerca de que las misiones de EE.UU. podían ser atacadas.

"No hay inteligencia que pueda prevenir este tipo de ataques de ninguna manera", insistió.

El información de The Independent sugiere que había informes de inteligencia disponibles "que nos podía llevar a creer que esa instalación sería atacada" y "eso es falso", agregó Carney.

Los ataques contra misiones diplomáticas de EE.UU. en países árabes comenzaron el martes en Egipto y Libia, coincidiendo con el undécimo aniversario de los atentados del 11-S, y se han extendido a otras naciones de la región.

La mecha que prendió las protestas es una polémica película que caricaturiza al islam y al profeta Mahoma, aunque en el caso del ataque al consulado estadounidense en Bengasi las autoridades barajan varias hipótesis, entre ellas que pudo ser planificado con antelación por un grupo terrorista.

El presidente estadounidense, Barack Obama y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, recibirán este viernes los restos mortales del embajador Stevens y de los otros tres estadounidenses fallecidos en el asalto, según informó la Casa Blanca.

El recibimiento está previsto para las 14.15 hora local (18.15 GMT) en la Base Aérea de Andrews, situada en Maryland, a las afueras de la capital estadounidense.

Junto con Stevens, fallecieron en el ataque Sean Smith, funcionario diplomático, y los agentes de seguridad Tyrone S. Woods y Glen A. Doherty.