El entorno de las Minas de San José, en el Parque Nacional del Teide, se convirtió ayer en un paisaje marciano a ojos de un equipo de científicos del proyecto EU FP7-Espacio Proviscout y de un robot de 300 kilos, dotado con cinco cámaras y modernos sistemas de navegación. Este ingenio europeo hizo sus prácticas a más de 55 millones de kilómetros del que debería ser su lugar de trabajo en el futuro: el planeta Marte.

Expertos de una docena de instituciones y empresas europeas, entre ellas una española y varias británicas, alemanas y checas, afinaron ayer los sistemas de navegación y exploración autónoma de un robot capaz de realizar mapas tridimensionales, de detectar obstáculos o de reconocer rocas de interés científico.

Con una gran expectación mediática y ante la mirada sorprendida de turistas y curiosos, este vehículo tipo rover realizó un recorrido de unos cientos de metros por las Minas de San José, que sirvió para comprobar las habilidades del robot en un entorno similar al del planeta rojo.

El objetivo de este proyecto, que ha durado tres años, es lograr un vehículo autónomo e independiente que capte imágenes de calidad que puedan servir para que en un futuro la Agencia Espacial Europea pueda disponer, como la NASA, de imágenes de Marte captadas por un "Curiosity" europeo que hizo prácticas en Las Cañadas.