Vaciar los bolsos después de que hayan pasado por el escáner, no poder pasar bolígrafos por ser armas peligrosas y dejar hasta las monedas son algunas de las medidas de seguridad a las que están siendo sometidos los abogados a la hora de entrar en la prisión Tenerife II para visitar a sus clientes.

Según explicaron a este periódico algunos letrados, con la incorporación del director del centro penitenciario comenzaron a endurecerse los controles, pero en los últimos meses las medidas de seguridad han aumentado tanto que algunos letrados se niegan a visitar a sus representados, pues consideran "que esta situación es insoportable".

Y es que, mientras antes los abogados solo tenían que dejar los aparatos electrónicos, como el móvil, para entrar en la prisión, en la actualidad no pueden pasar "ni un bolígrafo, pues se considera un objeto peligroso", señalaron algunos afectados, quienes aclararon que, al menos por ahora, no se ha llegado a tomar la medida de cachear a los abogados.

"A las mujeres, aunque pasen el bolso por el escáner, se les obliga a casi vaciarlo por completo, y a los hombres debemos dejar hasta el cinto. Son tales las exigencias para acceder al centro, que no podemos pasar ni las monedas, y, a veces, tenemos hasta que quitarnos los zapatos", relataron los letrados, quienes destacaron, como una de las consecuencias de este endurecimiento, que "ahora tardamos el doble cada vez que vamos a Tenerife II".

En este sentido, señalaron que los controles de seguridad que deben pasar están regulados por una ordenanza, pero que en la misma se hace referencia a los objetos peligrosos, aunque no "a este nivel de exigencia".

La indignación entre los abogados tinerfeños es tal, que algunos se han negado ya a acudir al centro penitenciario a visitar a sus clientes hasta que no mejore la situación.

Postura del Colegio

Esta situación ha provocado que varios letrados hayan presentado escritos de queja en el Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, órgano desde el que se confirmó a este periódico este endurecimiento de los controles de acceso al centro penitenciario para los abogados.

En este sentido, el decano del Colegio, Víctor Medina Fernández-Aceytuno, aseguró que desde el órgano se está siguiendo el mismo y se tomarán "las medidas que la Junta del Colegio estime oportunas", ya que, a su juicio, este endurecimiento en los controles "es caprichoso".

Cabe señalar que los letrados, cuando visitan a sus representados, están separados de ellos por una mampara, y la conversación que mantienen es a través de un teléfono. Estos encuentros se realizan en una sala cercana a la de las visitas, la cual está ubicada al lado de un control de seguridad, de ahí que los abogados no entiendan el motivo de este importante endurecimiento de los controles.

Y es que no existe contacto físico alguno entre letrado y cliente, ni posibilidad de darle cualquier objeto al preso.

Prueba de ello, relataron estos abogados afectados, es que "cuando queremos darle a nuestro representado un documento debemos avisar a un funcionario, el cual lo coge en nuestra sala y lo entrega en mano al preso, que está en su cuarto totalmente separado de nosotros".