En un ejercicio de malabarismo político, no exento tampoco de unas pequeñas dosis de demagogia, el secretario general del Partido Popular de Canarias (PP), Asier Antona, propuso este lunes al Gobierno regional que, si quiere contar con una base fija de hidroaviones en Canarias, fulmine la Policía Canaria y destine ese gasto al sostenimiento de las citadas aeronaves.

La idea del ahora hombre fuerte de los conservadores de las Islas, en ausencia de José Manuel Soria, se produce tras el rechazo de su propio grupo -con él al frente- a una proposición no de ley (PNL) del grupo nacionalista en la Cámara legislativa para pedir al Estado que dote a las Islas de hidroaviones, de forma permanente, al menos durante la campaña de verano.

Curiosamente, la propuesta había sido presentada por el diputado Ignacio González, presidente del CCN, que forma parte del grupo nacionalista, pero que en las Cortes apoya al PP.

Pese a su público rechazo en el pleno del Parlamento de la semana anterior, Antona se mostró a favor, en una rueda de prensa que ofreció sobre el incendio de La Gomera, de que las islas cuenten con una base de hidroaviones para luchar contra el fuego.

Claro que su propuesta no dejaba de tener trampa e, incluso, ciertas porciones de política envenenada. Haciendo suya aquella máxima de que quien da tiene derecho a recibir, el también presidente del grupo parlamentario popular puso sus condiciones.

La primera podría ser más o menos aceptable para un gobierno que precie su medio ambiente: que el asunto de la lucha contra los incendios sea una "prioridad". La segunda, en cambio, se antoja mucho más lejana y difícil de cumplir para un ejecutivo con tintes nacionalistas: que para mantener los hidroaviones se utilice el dinero que se destina a la Policía Canaria.

Poniendo énfasis en su idea, Antona se atrevió, incluso, a proponer que hicieran un cuestionario a los señores diputados del PP a ver qué preferían ellos, si aeronaves para luchar contra el fuego o agentes autonómicos. Sobra decir cuál sería la respuesta, según el propio Asier Antona.

Sabedor era el dirigente del PP de que el cambio de hidroaviones por policías autonómicos podría ser hasta lógico en una época en la que los recursos escasean y los incendios no solo queman montes, sino también políticos, pero también era consciente de que una permuta de tal calibre supondría un golpe mortal a uno de los "grandes" proyectos nacionalistas. Proyecto que, por cierto, se hizo realidad con el PP en tareas de Gobierno junto con CC.

Por todo ello y de todo ello se extrae una sola conclusión: las islas seguirán sin contar con base permanente de hidroaviones.