Desde el pasado fin de semana, la biblioteca de la Casa de la Cultura de la capital tinerfeña ha cerrado en su horario habitual de los sábados y domingos, como consecuencia, según fuentes de la Consejería de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias, de un reajuste de personal para que se haga cargo de las funciones de este centro público.

Hasta el momento, el servicio de la biblioteca ubicada en el popular parque de La Granja estaba a cargo de seis becarios, pero la nueva decisión de la Administración regional, como fruto del proceso de reorganización que se está llevando a cabo, "es que se haga cargo de la apertura de la biblioteca en los fines de semana el personal propio procedente de otras áreas administrativas", sin tener que recurrir a becarios.

La apertura se estaba llevando a cabo por medio de un convenio que ya ha expirado, por lo que dentro de unas dos semanas, aproximadamente, se cubrirá con personal público, al incorporar a unos cinco trabajadores de la administración regional, que desempeñarán unas funciones conforme al salario que tengan estipulado.

Además, este personal recibirá antes de desempeñar esta labor un curso formativo específico con el que facilitar la reubicación de estos trabajadores procedentes de otros ámbitos de la administración.

Esta circunstancia no está afectando al servicio a lo largo de la semana, aunque sí ha generado mucho malestar entre los usuarios que acuden con asiduidad los sábados y domingos.

No obstante, la apertura de esta biblioteca los fines de semana se remonta a comienzos del año 2007, cuando, ante las numerosas protestas ciudadanas que se habían llevado a cabo ante el inminente cierre de la Casa de la Cultura los sábados por la tarde y los domingos por la mañana, la por entonces Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias, decidió mantener su horario habitual: sábados, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas y domingos de 10:00 a 14:00 horas.

Malestar

En aquel entonces, y solo ante la posibilidad del cierre, fueron decenas de usuarios habituales los que se movilizaron, interponiendo numerosas reclamaciones en la propia sede cultural, así como la recogida de firmas destinadas a avalar una solicitud al Gobierno de Canarias para que rectificase esta decisión. En algo menos de 6 horas se consiguieron cerca de 100 firmas.

Ahora parece que la decisión se adoptará en un margen de tiempo mayor que hace cinco años, y aunque las quejas también se han puesto de manifiesto, no han sido ni tan ruidosas ni efectivas como las de entonces.

Una vez concluido el convenio que permitía contar con seis becarios para mantener el horario, la administración regional ha querido aprovechar también las próximas semanas para realizar una serie de trabajos de mejora en los servicios de las instalaciones.

Este centro cultural, que es de propiedad del Estado, aunque lo gestiona el Gobierno canario, está pendiente desde el año 2000 de que se ejecute un proyecto de rehabilitación.

En los Presupuestos Generales del Estado, hay una partida contemplada que refleja 90.000 euros para este año; 200.000 en 2013 y un millón en el ejercicio de 2014, para paliar sus problemas estructurales.