Comentaba el jueves de esta semana en nuestro periódico el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario que "los distintos gobiernos del colonialismo español, de uno u otro signo, se niegan sistemáticamente a facilitar datos alusivos y abusivos a la recaudación que la hacienda de ese Estado saquea en Canarias, siendo significativas las recientes declaraciones de los responsables de la hacienda metropolitana calificando de extraordinaria la recaudación de la misma. ¿Cuánto de extraordinario es ese saqueo, que no recaudación, al tratarse de una colonia?". Una pregunta que estos patriotas canarios responden en su artículo, titulado "Indemnizaciones en vez de rescates": 14.763 millones en un solo año. ¡Cerca de quince mil millones de euros! A esta cifra hay que sumar la recaudación en concepto de Seguridad Social.

Coincidimos con el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario en que esas son las cantidades, con sus respectivos intereses de demora, que debería abonar España a Canarias, y no la miseria del rescate que ha pedido Paulino Rivero y su Gobierno de ineptos políticos. Y todavía se presentan ante los canarios como grandes gestores; como los grandes, si no los únicos, defensores del pueblo. ¿Cómo es posible que se contenten con vivir en la miseria, cuando podrían estar al frente de uno de los países más ricos del mundo? ¿Por qué esa devoción a quienes nos esclavizan y nos saquean? Tenemos recursos suficientes para salir adelante como una nación independiente. El propio Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario destaca que esos casi 15.000 millones de euros, calculados año por año desde el primer año de colonización, en concepto de indemnización monetaria, supondría una cantidad ingente que debería abonar España a la nueva nación soberana canaria, como ha ocurrido con las indemnizaciones de guerra que debieron pagar en el siglo XX los países que provocaron las contiendas mundiales. Aparte están los daños materiales a la naturaleza, etcétera, así como los irreparables crímenes de lesa humanidad y tráfico de esclavos, que no prescriben. No olvidemos que el holocausto sufrido por el pueblo guanche sigue sin castigo.

Canarias va mal. No lo decimos solo nosotros –aunque sabemos que tenemos toda la razón al decirlo–, sino también los empresarios. En nuestra edición de hoy publicamos un artículo de Antonio Plasencia, presidente de la patronal de la construcción, cuya lectura recomendamos y cuyo primer párrafo incluimos en este editorial porque apostilla cabalmente lo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo. "Están desapareciendo y cerrando las empresas, no solo las de la construcción, sino también las de otros sectores económicos", dice Antonio Plasencia. "En Tenerife solamente se ven carteles de se vende, se alquila o se traspasa. Crea verdadera alarma social la desaparición del tejido empresarial canario; es decir, las PYMES de nuestra Tierra están cerrando una detrás de otra y lo preocupante es que parece que eso no les importa a las distintas Administraciones. Si no hay empresas, no hay empleo y si no hay empleo no hay consumo y entonces la actividad económica se paraliza. Esto es lo que está pasando y en vez de trabajar en la conservación del tejido empresarial local, los responsables políticos están enfrascados en luchas intestinas y en iniciativas y proyectos ilusorios lejos de la realidad y del sufrimiento de nuestra gente".

¿Y quién es el culpable de todo esto?, nos preguntamos a renglón seguido. En primer lugar, el colonialismo español. Sin el lastre que nos supone España ya estaríamos fuera de la crisis. Ya estaría disminuyendo el pavoroso número de parados, se habría cortado esa sangría vergonzosa para la sociedad canaria que supone la emigración de nuestros jóvenes y no habría canarios en las listas de espera para recibir atención sanitaria, que son auténticas listas de la muerte porque muchas personas fallecen en ellas antes de que les toque el turno de ser operadas. El colonialismo español es nuestro gran problema, pero también lo es tener a un necio político al frente no solo del Gobierno regional, sino también del partido, pretendidamente nacionalista, que sustenta a ese Ejecutivo. Paulino Rivero es un político necio, incompetente y déspota al que no le importa el hambre de su pueblo porque él no la padece. Él y su esposa, la goda política, viven en la opulencia, viajan en coches oficiales y se construyen mansiones mientras a los canarios los fustiga el hambre y los dejan sin casa los desahucios. Lo peor es que esta pareja de usos rumanos, al igual que la caterva de indeseables políticos que viven a su alrededor no como rémoras de ellos sino de los canarios a los que vampirizan hasta dejarnos sin sangre, son los principales colaboracionistas del colonialismo español porque mientras estén aquí los españoles, ellos, sus allegados y sus amigos seguirán teniendo la mesa bien puesta.

También dice Antonio Plasencia en su artículo que "vivimos en un mundo al revés; a unos que han demostrado con creces que son ineficaces e improductivos, y que han llevado al precipicio y la ruina a miles de ciudadanos, y empresas, como es el caso de las entidades financieras, se les rescata y a los trabajadores y a las empresas se les asfixia". Añade el presidente de Fepeco que no se entiende que se reduzca la inversión hasta en un 92 por ciento y que no sean capaces de ahorrar en otras partidas presupuestarias improductivas. Por ejemplo, añadimos nosotros, cerrar temporalmente el Parlamento de Canarias y suprimir los ayuntamientos, en este caso a perpetuidad. Cada localidad conservaría su nombre y, como hemos dicho en repetidas ocasiones, su "oficina del sheriff"; es decir, una comisaría con la dotación necesaria de la Policía Municipal y las correspondientes oficinas, con el número mínimo de funcionarios, para atender las gestiones que los vecinos deban realizar localmente. Políticos, ni uno.

Nos preocupa que pase el tiempo sin que se solucione el problema. A estas alturas ya debería estar constituida la comisión para el traspaso de poderes entre España y Canarias, como sin duda muy pronto se constituirá la correspondiente entre España y Cataluña. Los catalanes nos han tomado la delantera a los canarios en su proceso de independencia. No se entiende que aquí, salvo unos pocos, la población siga con los brazos cruzados. Porque si los catalanes, y otras naciones de la Península Ibérica, quieren separarse de España pese a formar parte de su mismo territorio continental, muchísima más razón que Cataluña tenemos los canarios para exigir que se nos devuelva la libertad de la que disfrutaban nuestros antepasados los guanches. Canarias ni siquiera está geográficamente unida a España; estamos a 1.400 kilómetros de las costas españolas y a 2.000 de la capital de la metrópoli. ¡Estamos en otro continente! ¿Qué hacen los patriotas de CC que no tiran por la borda de este partido a los falsos nacionalistas y se encaminan con paso decidido hacia nuestra emancipación colonial? ¿A qué esperan? ¿A que CC desaparezca de todo el Archipiélago como ya ha desaparecido de Las Palmas?

Un día más nos preguntamos por qué tenemos que seguir aguantando a esta pareja rumana que tanto mal nos ha hecho. ¿Por qué no dimiten y se exilian de una vez? ¿Es que alguna vez Paulino Rivero le ha hecho algún bien a estas Islas? Más aún, ¿por qué tiene el pueblo canario que seguir soportando la esclavitud colonial? No es una exageración decir que somos esclavos. No de los que antes se ataban con cadenas, pero sí esclavos administrativos obligados a recibir órdenes de los españoles. Somos esclavos de leyes que nos obligan a pagar impuestos que no nos benefician porque van directamente al país de los que nos colonizan y nos expolian, mientras nosotros quedamos relegados a comer como los animales. ¿Hasta cuándo vamos a soportar tantas humillaciones? ¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando a Paulino Rivero? ¿Por qué hasta los militares, cuya obligación es defender a la patria, aguantan a Paulino? ¿Por qué nos sigue gobernando alguien cuyo comportamiento político, al igual que el de su esposa, es propio de tiranos?

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Las aguas del Atlántico donde están las Islas Canarias pertenecen a la Zona Económica Exclusiva de Marruecos (ZEE). No son en absoluto españolas ni "paulinas". Recomendamos la lectura del artículo publicado en esta edición titulado "¡¡ZEE ilegal!!" de nuestro colaborador Ramón Moreno Castillo.