Los esperados análisis de la Dirección General de Ganadería del Gobierno de Canarias confirmaron el miércoles que varios ejemplares de las cabras inmovilizadas en el barranco de Tafuriaste desde septiembre están afectadas por la fiebre Q. Ayer, la Dirección General de Salud Pública del Gobierno regional comunicó que se debe proceder al traslado de los animales y al desmantelamiento de los corrales, por lo que el Ayuntamiento villero decidió a mediodía ordenar a los cabreros la retirada de todos animales del barranco en un plazo máximo de 72 horas.

En el caso de que los cabreros no cumplan esa orden, el Consistorio villero podrá actuar desde el lunes para ejecutar un traslado forzoso a alguna finca del Cabildo insular ubicada en las medianías de La Orotava o Santa Úrsula.

Para garantizar que existe un lugar disponible para alojar estas cabras, el consistorio solicitó a la Consejería de Agricultura del Cabildo la puesta a disposición urgente de un recinto que reúna las condiciones adecuadas para poder llevar a cabo el traslado de los animales y la aplicación de las correspondientes medidas higiénicas y sanitarias.

El ayuntamiento también ha pedido colaboración al Consejo Insular de Aguas para que, una vez retirados los animales del barranco de Tafuriaste, se proceda de inmediato al desmantelamiento de las cabrerizas y a la desinfección de la zona afectada.

Las administraciones públicas implicadas en este caso han descartado el sacrificio de los animales enfermos, puesto que la fiebre Q no se considera una enfermedad grave y es tratable con las debidas medidas higiénicas y sanitarias.

Casi 40 vecinos acudieron el miércoles a una reunión en el ayuntamiento, donde los concejales de Ganadería, Felipe David Benítez; Ordenación del Territorio, Narciso Pérez, y Sanidad, Yurena Luis, explicaron los resultados de los análisis y aseguraron que buscarían las soluciones "más beneficiosas para todos" y que erradicarían el problema "definitivamente de la zona".

En la mañana de ayer se celebró otra reunión urgente en el Gobierno de Canarias en la que las tres administraciones públicas implicadas coincidieron en la necesidad de "tomar con urgencia medidas para garantizar la seguridad de las personas".

El traslado y desmantelamiento de las cabrerizas del barranco de Tafuriaste era una vieja demanda vecinal que, finalmente, se atenderá después de que un vecino enfermara de fiebre Q y el Servicio Canario de Salud diera la voz de alarma y calificara estos corrales como "un riesgo evidente para la salud pública".