El fin de las subvenciones a las asociaciones de padres de alumnos (Ampas) ha provocado un descenso radical del número de alumnos que disfrutan de actividades extraescolares en Canarias. El volumen de usuarios no llega ni siquiera al 20% de los del curso pasado, según los datos que maneja Eusebio Dorta, presidente de Fitapa, la federación que agrupa en Tenerife a estas asociaciones.

Con las actividades extraescolares ocurre algo similar a lo que ha pasado con el servicio de acogida temprana -una de las medidas estrella en materia educativa del Gobierno de Paulino Rivero-, cuyos usuarios han caído por debajo de la mitad.

Con el presupuesto a cero desde este curso, las actividades extraescolares están siendo desarrolladas por algunas empresas con las que las familias han alcanzado acuerdos económicos o mediante el voluntariado. Las alternativas que Fitapa pretendía impulsar para garantizar la prestación de este servicio -y también de la acogida- no han cuajado aún porque la Administración autonómica no ha respondido.

Estas opciones pasan por que la federación de padres sea declarada entidad de utilidad pública y por dar seguridad legal a la fórmula del voluntariado para llevar a cabo sus funciones. Hasta el momento, el Ejecutivo "está poniendo demasiadas trabas", se queja Dorta, para quien la situación resulta incomprensible si solo se trata de facilitar que las Ampas gestionen estos servicios sin tener que depender de la Administración.

Estos obstáculos suponen que la extensión de las actividades extraescolares no llegue al 20% del curso anterior y que la de la acogida temprana de alumnos se quede por debajo del 50%. Aproximadamente 6.000 niños se han quedado sin este último servicio después de haberlo disfrutado el año pasado.

Para 2013, las familias afrontan nuevos contratiempos. El Gobierno dejará de pagar los seguros de accidentes y a terceros desde finales de este año. Los percances que sufran los niños en el transcurso de actividades en que estén a cargo de padres o personal no docente -los profesionales contratados para impartir las actividades extraescolares, por ejemplo- no estarán cubiertos. Según Dorta, el desembolso de la Administración en este capítulo no alcanzaba los 10.000 euros.

Obligada a hacer un esfuerzo de imaginación ante la carencia de recursos, Fitapa se está planteando la posibilidad de organizar conciertos u otro tipo de actividades para conseguir la financiación necesaria para renovar los seguros.

Las gestiones de la federación de familias comenzaron cuando su presidente negoció una a una con las empresas dedicadas a la acogida temprana para que accedieran a una rebaja sustancial -de hasta un 35%- de sus precios. Sin embargo, esta actuación no ha sido suficiente para evitar un abandono masivo del servicio, antes gratuito para los padres.

Dorta suele insistir en que este es el año más complicado para la educación en las Islas. Las familias se enfrentan, con economías cada vez más precarias, al encarecimiento del material escolar y a la supresión de la gratuidad de los libros de texto, que ahora se reutilizan. Las dificultades en la acogida temprana, destaca, han supuesto un duro golpe para los padres, que encontraban en esta medida un aliado para conciliar la vida laboral y familiar.