La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria junto a la Politécnica de Cataluña han probado hoy con éxito en Gran Canaria un sistema de lanzamiento de microsatélites desde un globo estratosférico donde viaja un cohete que permitirá su puesta en órbita en el espacio a un coste muy bajo.

El lanzamiento de estos microsatélites requiere de una inversión de unos 30.000 euros frente a los 40 millones de dólares que puede costar en el mercado la puesta en órbita de un satélite con las mismas aplicaciones del presentado hoy por el proyecto denominado WikiSat, según ha subrayado su director, Joshua Tristancho.

El director del proyecto y el grupo de investigadores, que han trabajado durante tres años en el desarrollo de estos pequeños satélites, han informado en rueda de prensa del experimento, así como de la intención de que Gran Canaria, por su latitud y por estar inmersa en el océano, sea la futura base de lanzamientos, por ser "una buena puerta para salir al espacio".

El uso de estos satélites, que una vez lanzados tardan tres horas en estar en órbita, hará posible disponer de sistemas de vigilancia en tiempo real que ayuden a controlar catástrofes como inundaciones, incendios forestales o vertidos en el mar, e incluso sin internet, ya que son capaces de facilitar información durante unos minutos.

Además, estos microsatélites abren nuevas posibilidades en el campo de la investigación, pues permitirán probar componentes electrónicos o cultivos de bacterias en el espacio.

La prueba de hoy ha permitido certificar el sistema de lanzamiento, ya que el cohete no llevaba combustible porque aún no tiene una aplicación definida el microsatélite para su puesta en órbita, algo para lo que habrá que esperar al interés de alguna empresa que busque una finalidad determinada.

Así, tras el lanzamiento del globo desde la sede del Instituto para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en Comunicaciones (Idetic), donde se ubica la estación terrestre, éste alcanzó la altura esperada, al llegar a una distancia de cerca de 36 kilómetros de la Tierra, la necesaria para que despegue el cohete hacia el espacio, según ha señalado Tristancho.

El director del proyecto ha destacado que se trata de lanzar al espacio estos pequeños satélites, de 100 gramos de peso, 14 centímetros de longitud y múltiples funciones potenciales, que recorren ocho kilómetros por minuto y tardan 90 minutos en dar la vuelta a la Tierra.

Los microsatélites pueden incorporar diferentes sensores, que, en el caso del presentado hoy por WikiSat, desempeñan funciones de telemetría y de captación de imágenes, además de contener un sistema de posicionamiento, antenas y magneto torques, bobinas que permiten la orientación aprovechando el campo magnético de la tierra.

El director del proyecto también ha destacado entre sus ventajas que no deja huella en el espacio, ya que tras su tiempo de vida, que es de unas dos semanas, se queman durante su entrada en la atmósfera sin generar residuos y liberando de nuevo la órbita empleada.

Tristancho ha explicado que el proyecto surgió a partir de un concurso convocado por la Universidad, que proponía crear un satélite de 20 gramos de peso, ponerlo en órbita y que su coste fuera menor a 1.200 euros, un reto que "parecía imposible" y que ha concluido con el diseño de estos pequeños satélites, sus cohetes y globos para su lanzamiento.

El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Regidor, ha señalado que el proyecto WikiSat es un ejemplo del importante papel que desempeñan las universidades en el campo de la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, pese al "recorte espeluznante" que han sufrido en España y que "pasará factura en un futuro".