Una semana ha pasado desde el lanzamiento al público de Windows 8 y ya cuenta con un virus diseñado específicamente para esta versión que se ha propagado por toda la Red. Los sufridos usuarios del sistema operativo de Microsoft están acostumbrados a experimentar las consecuencias de virus, troyanos, gusanos y otros programas informáticos diseñados con malas intenciones, el llamado "malware". Sin embargo, cuando tenemos en nuestras manos un teléfono inteligente, un "smartphone", solemos olvidar de que llevamos un ordenador en miniatura que en ocasiones es más potente que algunos de los equipos que utilizamos en el trabajo, que está continuamente conectado a internet y que además tiene acceso a nuestros datos más íntimos, como fotografías, mensajes, agenda de contactos y, probablemente, los datos de la tarjeta con la que habitualmente compramos aplicaciones para el móvil.

Esta capacidad de conexión y de almacenar datos de gran valor en nuestras vidas ha colocado a los dispositivos móviles en el punto de mira de los creadores de software malicioso. Según el Observatorio de la Seguridad de la Información del Instituto de Tecnología de la Comunicación (INTECO), entre los objetivos que persiguen los atacantes están: copiar nombres de usuarios y contraseñas del correo electrónico, obtener los datos de acceso a las principales redes sociales, rescatar datos personales que se utilizan en los formularios, como el número del DNI, realizar envíos de SMS premium sin que lo conozca el propietario del terminal (hasta que recibe la factura), utilizar el móvil de forma remota para realizar otras infecciones a la red de contactos que se encuentra en la agenda y secuestrar el dispositivo bloqueando el acceso algunas funcionalidades y pidiendo un rescate económico para liberarlo (conocido como "ransomware").

Para muestra, un botón. La división de delitos cibernéticos del FBI alertó el pasado 12 de octubre de dos nuevas amenazas que se propagaban a través de un SMS o un correo electrónico. Al intentar leer la página web que incluían esos mensajes, se instala una aplicación que envía la información personal del propietario del teléfono a los creadores del "malware", que incluso podían acceder a funciones del teléfono de forma remota. Entre las plataformas más utilizadas entre los móviles inteligentes, Android, iOS (iPhone) y BlackBerry, es la primera la que sufre el mayor número de amenazas por software malicioso. Esto se debe a que tanto iPhone como BlackBerry tienen una importante limitación: las aplicaciones se descargan solo desde una tienda centralizada que obliga a cada programa a pasar un examen. Este filtro permite comprobar si al utilizarlas se generarán problemas de lentitud en el terminal, un excesivo consumo de batería, o un uso inadecuado del tráfico de datos. Este test también detecta si estas aplicaciones incluyen algún tipo de virus. En el caso de que en el teléfono se eliminen estas limitaciones con un proceso conocido como "jailbreak", y se instalen aplicaciones desde una fuente no oficial, sí que podrían producirse problemas de seguridad. No obstante, en ocasiones el iPhone podría ser una fuente de infecciones porque puede utilizarse para transferir ficheros. Por ejemplo, si el teléfono recibe un correo electrónico con un documento dañino que se copia en un ordenador que no tiene antivirus, al abrirlo se produce una infección. Por ese motivo existen programas en la tienda de Apple, como VirusBarrier, que permite examinar ficheros sospechosos.

Android es hasta la fecha la plataforma que experimenta mayor número de amenazas. Esta falta de protección ha sido una de las grandes críticas que ha recibido Google. Es muy difícil de explicar al mercado que un iPhone de una sensación de seguridad absoluta mientras que la primera recomendación al activar un teléfono con Android sea instalar el antivirus. Por este motivo, en su última actualización, presentada el pasado 29 de octubre, ha creado una especie de portero de seguridad de entrada de aplicaciones al teléfono que analizará, si así lo indicamos, los nuevos programas que se quieran instalar en el móvil y que tengan un origen diferente al de la tienda oficial. También incluye una segunda forma de protección que evita sorpresas desagradables en la factura del operador. Cada vez que una aplicación intente enviar un SMS mostrará un mensaje para pedir autorización. Para aquellos que no puedan actualizar su teléfono a esta versión, o deseen sentirse más seguros, la tienda oficial, Google Play, ofrece varios antivirus que permiten mejorar la protección del terminal. Entre las aplicaciones que suelen encontrarse en las primeras posiciones de los mejores antivirus para Android se encuentran Avast! Mobile Security, Lookout, o F-Secure.