"Una persona desconoce dónde va a encontrar el éxito, pero yo sé que un día estuve en el lugar adecuado y a la hora precisa... A partir de ahí, se convirtió en realidad este milagro que cuido a diario para que no desaparezca". Así explica Raphael, que el próximo sábado desembarca en el Auditorio de Tenerife con su espectáculo musical "Lo mejor de mi vida", las claves de una carrera profesional que ayer lo llevó a San Petersburgo. "Es posible que una flauta suene un día por casualidad, pero es mucho más difícil hacerla sonar durante más de 50 años y en países tan distintos", dice el artista nacido en Linares.

¿No debe ser muy sencillo meter en un concierto lo mejor de cinco décadas?

No lo es (ríe)... Pero con esta gira he buscado un equilibrio entre las nuevas canciones compuestas por Manuel Alejandro y los clásicos. ¡No falta ninguno de los gordos!

¿Qué supone para usted ese cara a cara con el público?

Lo es todo... Yo no sé vivir sin ese contacto. Cuando salgo a un escenario lo hago con la intención de matarme; con una sensación de estar dando el primer concierto de mi vida o el último. Sin reservas. Ahí fuera lo tienes que dar todo y acabar muerto.

¿Y resucitar para regresar al día siguiente?

Todo eso forma parte de la pasión con la que vives esta profesión. Un artista vive de la ilusión que crece entre él y el público que lo sigue. El día que no seas capaz de ver esa ilusión, lo mejor que puedes hacer es irte. Mi ilusión sigue creciendo a diario y a día de hoy no sé medir cuánto le queda al artista que reside en mi interior desde hace más de cincuenta años.

Además de esa pasión también se necesita mucha energía para aguantar para no rendirse, ¿no?

El día que un espectador salga de uno de mis conciertos diciendo que no ha visto a un artista sin energías, ese día Raphael ya estará de vacaciones. A ese Raphael espero no tener que cruzármelo nunca en mi camino porque no sería agradable tener que despedirme de él.

¿Así es como imagina su adiós?

Eso es algo que aún no me he planteado (silencio)... Soy consciente de que ese momento llegará, pero todavía está bastante lejos. Lo que no voy a hacer nunca es anunciar que me retiro y regresar a los tres meses como si no hubiera pasado nada. A un artista solo lo retira la muerte. Cuando vea que ha llegado el momento me iré de vacaciones sin hacer ruido. Un adiós discreto. Es probable que con el paso de los años la gente se pueda preguntar: ¿pero dónde se ha metido este tío? Entonces, ya estaré bastante lejos para volver y quedará el recuerdo de lo que fue Raphael.

¿Con lo cortas que son las carreras artísticas hoy en día, lo raro es encontrarse con un ejemplo como el suyo?

Yo nunca he podido identificar el secreto para que esto durara tanto tiempo, simplemente, he hecho lo que me apetecía en cada instante por encima de las modas, las leyes comerciales o incluso protagonizando situaciones que para algunos podían ser ridículas, pero que para mí eran una forma de expresar lo que sentía.

Pero esa fórmula le ha sido efectiva durante muchos años.

Una persona desconoce dónde va a encontrar el éxito, pero yo sé que un día estuve en el lugar adecuado y a la hora precisa... A partir de ahí, se convirtió en realidad este milagro que cuido a diario para que no desaparezca.

¿La suerte ha tenido tanta influencia en su carrera?

Creo mucho en la suerte trabajada porque todos en esta vida tenemos ese día de gloria, pero algunos no lo saben ver. Lo importante es que veas llegar el tren adecuado y subas a él.

¿En 50 años no ha tenido la tentación de bajarse de ese tren?

Hubo días difíciles en los que pensé que este viaje podía llegar a su fin, pero las ganas de seguir siempre fueron mayores que las dudas.

¿Por qué gusta su música dentro y fuera de España?

Eso es algo que afortunadamente está junto a mí desde que me hice artista... Es posible que una flauta suene un día por casualidad, pero es mucho más difícil hacer sonar durante más de cincuenta años y en países tan distintos.

¿Permanecer durante tantos años en primera línea implica tener que afrontar varios procesos de "metamorfosis" como artista?

Soy un artista demasiado personal como para tener que decidir dónde quiero estar hoy y el lugar en el que estaré mañana, más bien, creo que han sido otros los que han acabado adoptándome... Yo no he cambiado nunca mi estilo ni alteré la pasión con la que vivo todo esto. Las modas y los nuevos públicos se han adaptado bien a mi manera de ser. Estoy feliz de seguir cantando cinco décadas después.

¿Cómo es su relación con las nuevas tecnologías?

Las he acabado por entender, pero soy yo el que usa internet, la red la que me domina a mí...

¿Que hay de cierto en las quejas de los artistas respecto a la falta de un respaldo de las cadenas televisivas?

Yo solo puedo opinar por mí y creo que la tele no hace daño una vez al año... No conviene abusar. Una aparición por año es suficiente para que no se olviden de mí.

¿Renuncia a volver al cine?

Yo no renuncio a nada. Sé que en algún momento de mi vida volveré a hacer cine, pero también regresaré al teatro. Ahora no estoy pensando en mi faceta de actor...