"El agua nos desbordó. En media hora cayó en Garachico un palo de agua que no recuerdo en años", admite el alcalde de la villa y puerto del Norte de Tenerife, José Heriberto González, quien destaca la incidencia de la lluvia en el hospital de mayores, que se localiza a la entrada del municipio, y en particular en la calle de San Roque, donde el agua anegó cinco viviendas. Sin embargo, la imagen más explícita de la media hora en la que Garachico se convirtió en un río corresponde al interior del túnel de acceso. No ocurrió nada, pero la espectacularidad de los vehículos "navegando" sobre unos veinte o treinta centímetros de altura que cogió el agua sorprendió a los "tuiteros", usuarios de la red social que también recibió una tormenta de "tweet" con cuando iba acontecimiento.

"No hay medidores en Garachico, pero no recuerdo una lluvia tan fuerte en los últimos cinco años", admite el alcalde. En la calle San Roque, vía que enlaza la Cruz Roja con la propia zona de San Roque, en pendiente y que discurre en paralela a la avenida marítima, el agua alcanzó los 30 o 40 centímetros, afectando a cinco viviendas. "Hoy nos reuniremos con los afectados para buscar una solución, bien con el seguro del ayuntamiento o desde la propia corporación, para ayudar a paliar la pérdida de electrodomésticos y enseres", dijo el alcalde.

El presidente del equipo de fútbol Gara, de Garachico, Roque González, también admite su sorpresa por "la tromba de agua". "En treinta minutos cayó el agua que no se había recogido en años en Garachico", explicó. "Fue tanta que la gente no podía salir del coche, hubo inundaciones en los patios interiores de muchas viviendas y muchos se refugiaron en los restaurantes y bares de la zona". "El casco de Garachico se convirtió en un río durante 30 minutos. En poco tiempo cayó mucha agua y desbordó la calle San Roque, donde muchos muebles acabaron mojados, igual que alguna nevera o televisor", explicó Roque González.

Otros vecinos, que prefirieron guardar el anonimato, dijeron que "antes llovía y no pasaba nada en la urbanización de El Lamero porque era una finca y absorbía el agua. Ahora, con las construcciones, los imbornales no dieron avío para recoger tanta cantidad de agua", explicaron.

La concejala de Mayores, Igualdad y Consumo de Garachico, Carmen Méndez Hernández, cuenta en primera persona su experiencia. "Estaba en la calle San Roque cuando cayó el palo de agua. Resultaron afectadas cinco viviendas; algunas de ellas bastante dañadas, porque no solo fue el agua que les entró sino que también les afectó al mobiliario". "A Marta -continúa la concejala, que se refiere a una vecina de la calle de San Roque- el agua le cogió la casa y también el coche que había dejado aparcado por fuera. En su vivienda, el agua alcanzó los 30 centímetros de altura y dañó muebles y electrodomésticos".

No fue la única. Rosa, otra vecina de la zona, vio como la tensión se le subía casi según veía cómo se anegaba su casa. También Olimpia, una vecina de la calle San Roque que, según explicó Carmen, comenzó a chillar para pedir la ayuda de su nieto, que se encontraba en la parte superior cuando vio entrar el agua.

Después de echar una mano allí, Carmen se fue al hospital-residencia de Garachico, donde conviven 67 mayores. "En los últimos cinco años no recuerdo que lloviera con tanta fuerza. El agua se coló por las ventanas de la parte frontal del inmueble", cuenta Carmen Méndez. "Gracias a que a esa hora los mayores ya estaban en las zonas comunes, el agua afectó a las habitaciones, pero no a los mayores. Hasta las dos y media de la tarde estuvimos achicando agua y secando las instalaciones", explica.

La situación de Garachico, que muchos atribuyen a la insuficiente red de pluviales en la urbanización de El Lamero, donde antes había fincas, se suma a otros incidentes en el Norte de Tenerife, aunque de menor incidencia, como el cierre en la carretera a Masca, en Buenavista, o la fuerte lluvia que también sorprendió a El Tanque y Los Silos, aunque sin daños.