No dudamos de que la Consejería de Sanidad haya dado instrucciones para que se atienda a todo el que lo necesite, pero lo cierto es que esta no es la realidad, y hay personas cuya vida ha corrido y sigue corriendo un serio riesgo y para los que no dan soluciones. Con estas palabras, la responsable en Tenerife de la ONG Médicos del Mundo, Elena Cáceres, salía ayer al paso del comunicado enviado este miércoles por Sanidad, en el que afirmaba que se está atendiendo a todas las personas que lo necesitaban, sean inmigrantes irregulares o no.

Acompañada de un grupo de personas a las que la ONG ha ayudado o está en proceso de ayudar, Cáceres explicó el caso de un señor que, habiendo sido tratado de un cáncer de próstata justo antes de perder la tarjeta sanitaria, está pendiente de que le den una cita para continuar con sus revisiones, al tiempo que ha perdido los tratamientos que tenía para la diabetes, hipertensión arterial y dislipemia que también sufre.

"Está sin tratamiento desde el 22 de octubre, y es grave porque le dejaron sin tarjeta sanitaria y borraron su historia clínica. La receta farmacéutica que tenía validez hasta el 18 de noviembre también se anuló y es una medicación muy cara. De momento no hemos podido encontrarle una solución", explica Cáceres.

Otra mujer con cáncer de mama y que precisa una segunda intervención también recibió una llamada del SCS para anularle la cita porque no aparecía como asegurada. Su médico le hace las revisiones, pero no puede operarla si no la está en la lista de espera.

"Los médicos por lo general tienen buena disposición, pero el problema no depende de ellos. Nosotros ponemos reclamaciones, acudimos a las trabajadoras sociales y acompañamos a los pacientes, pero no es fácil porque muchas puertas se cierran, como es el caso de una chica embarazada de ocho meses al que le denegaron las revisiones; tuvimos que presentar un escrito recordando que la propia ley obliga a que se la atienda, igual que a los menores, pero eso no impidió que a un recién nacido cuya madre era inmigrante le denegaran la asistencia médica en un centro de salud y lo remitieran a Urgencias. Por no tener la condición de asegurado no le asignan un médico y a la madre le dicen que vaya siempre a Urgencias", detalla la dirigente de la ONG.

Precisamente, por Urgencias es por donde tuvo que ingresar en el hospital un inmigrante que cuenta con un solo riñón, a quien le interrumpieron las sesiones de diálisis y dejaron sin subvención para medicamentos. Ante la imposibilidad de tomar sus fármacos, desarrolló una infección de tal calibre que tuvo que ser ingresado.

"Nada más entrar en Urgencias le dijeron que tenía que pagar. El hombre está aterrorizado y con razón", detalla Cáceres antes de recordar el caso de otra señora que tenía prevista una operación de cadera, puesto que no podía andar, y a la que se la retrasaron justo cuando le quitaron el derecho a tener tarjeta sanitaria, de tal manera que cuando le llegó la cita le dijeron que solo la operarían si pagaba.

"Un informe de su médico aclarando la situación permitió que se hiciera la operación, pero ahora se encuentra con que no tiene derecho a rehabilitación, por lo que la intervención casi no va a servir para nada", sentencia Cáceres, para quien la situación es "caótica, variable según el centro y no tiene visos de mejorar a corto plazo".