DANDO por sentado que para los patriotas canarios (al menos para mí) el tema catalán es un asunto interno del Estado español o, en todo caso, una cuestión bilateral hispano-catalana, en absoluto extrapolable a Canarias (Cataluña forma parte de la europea península Ibérica, y Canarias es un archipiélago costero africano); ahora, y una vez pasada la vorágine mediática de los primeros días por los resultados de las elecciones autonómicas de Cataluña adelantadas por Artur Mas, he querido hacer una aproximación al contencioso catalán, tan manipulado por otra parte. ¡¡Sin olvidarnos por un momento, de que Cataluña también nos coloniza!! (Ver, "Canarias y Cataluña", EL DÍA, 25 de septiembre de 2012).

Las elecciones autonómicas catalanas del pasado 25 de noviembre han supuesto un órdago en toda regla al vetusto, decimonónico y obsoleto concepto de España como nación, que fue cohesionada territorialmente por la fuerza de las armas; y donde se ha vuelto a poner de manifiesto la indisimulada confrontación entre el fundamentalista nacionalismo español (que encarnan el PP, el PSOE y otros) y el histórico y pujante nacionalismo catalán. La pérdida de 12 escaños (de 62 ha pasado a 50) de Convergencia i Unió (CiU) ha sido la excusa perfecta para que todos los medios de comunicación españoles, tanto escritos como digitales y audiovisuales, hayan emprendido una auténtica cruzada anticatalana, en la que la opinión pública ha sido vilmente manipulada por la opinión publicada, y en la cual han proliferado los mal llamados programas de debates donde solo participan los afines, y que hacen hincapié en la tan cacareada y artificiosa "unidad de España".

A la cabeza de esa campaña mediática, perfectamente orquestada, se halla el Grupo Intereconomía, "orgullosos de ser de derechas", con todo el potencial de sus diversos medios de comunicación (el periódico La Gaceta y RTV Intereconomía) con su programa estrella, "El Gato al Agua" (que se ha constituido en un verdadero trampolín para políticos del Partido Popular), dirigido por un tal Antonio Jiménez, y en el que es contertulia habitual la presidenta de la franquicia del PP en Cataluña, la Alicia Sánchez-Camacho esa; como también lo ha sido José Manuel Soria, que se ha aprovechado de esa tribuna mediática, así como su correligionario el senador y consejero del Cabildo de Tenerife, el cirujano Antonio Alarcó. ¿De dónde sacan tanto tiempo?

Desde un posicionamiento ultraconservador y profundamente españolista, todas esas tertulias de "analistas independientes" se han ensañado con Artur Mas, descalificando su legítimo proyecto político, arremetiendo contra todo lo que significa el independentismo catalán, y augurando que pasará lo mismo que con el famoso Plan Ibarretxe para Euskadi, que fue rechazado por las Cortes españolas, vendiéndonos la moto de que el pueblo catalán ha rechazado su proyecto soberanista, cuando la realidad es que, pese a perder 12 escaños, los 50 diputados de CiU, más los 21 de ERC y los 3 de CUP suman 74 diputados, frente a los 61 de las fuerzas españolistas, PP y PSOE, que se quedan relegados al tercer y cuarto puesto, respectivamente, del arco parlamentario catalán.

Y mientras Artur Mas confía en poder formar Gobierno con apoyos puntuales, dado que no obtuvo la mayoría absoluta, tal como era su propósito, los comicios catalanes han producido también daños colaterales en el Ejército español. En efecto, el presidente en funciones de la Generalitat ha manifestado que aunque ve difícil su solución "ideal" de un gobierno de coalición, al menos con ERC, confía en lograr apoyos "permanentes" para garantizar la gobernabilidad y celebrar la consulta soberanista esta legislatura. Mas efectuó estas declaraciones en el Palau de la Generalitat, en su primera rueda de prensa tras las pasadas elecciones, en la que dio pocos detalles del curso de las negociaciones para su investidura, señalando como únicas posibilidades de un acuerdo con ambos objetivos de consulta y gobernabilidad al PSC (PSOE) y a ERC.

Aunque en principio no quieren entrar en el Govern, Mas vio más opciones con los republicanos, con los que ya mantuvo los primeros contactos, y "que parecen estar de forma más clara a favor de las tesis soberanistas. En el PSC no están tan en la línea en el derecho a decidir, pero quiero tener conversaciones con ellos, que no serían en sustitución del ERC, sino como añadido", explicó. Precisamente, el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha declarado que su partido no se plantea estar en el próximo gobierno catalán y se propone liderar la oposición, pero se mostró abierto a pactar una serie de objetivos básicos con CiU que incluyan la convocatoria de un referéndum de autodeterminación; recordando que, pese a su tetroceso, CiU sigue siendo la fuerza mayoritaria en Cataluña. En esa línea se ha manifestado el portavoz en funciones de la Generalitat, Francesc Homs, quien mantiene que CiU no cuenta en ningún caso con el PP para formar gobierno y fija su mirada en ERC, una vez que el PSC rechaza apoyar a Artur Mas; añadiendo que "todo es negociable en Cataluña menos la consulta soberanista".

Por su parte, el ministro español de Defensa, Pedro Morenés, ha destituido al director de la revista castrense "Ejército", el general de brigada Ángel Luis Pontijas Deus, por publicar un editorial en el que se critica la política soberanista del presidente de Cataluña, Artur Mas. Dicha revista es el órgano oficial del Estado Mayor del Ejército de Tierra español. En este contexto del rompecabezas catalán, y teniendo en cuenta que ya se han pronunciado al respecto significados representantes de las FFAA españolas, cabe preguntarse: de prosperar la opción independentista de la mayoría del pueblo catalán, ¿tiene el Ejército español "asignada constitucionalmente" la tarea de intervenir en Cataluña para reprimir por la fuerza de las armas la llamada secesión catalanista? ¿Y si ese hecho absolutamente desafortunado se produjera, se dispararía con fuego real contra los catalanes?

Es notorio el gran revuelo mediático que ha suscitado en las cancillerías de todo el mundo la cuestión catalana. La internacionalización del "caso catalán" es un hecho irreversible. Según noticias difundidas por la cadena de televisión rusa Rusia Today (RT), 25.000 personas han solicitado ya al reelegido presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a través del portal electrónico de peticiones a la Casa Blanca, la independencia de Cataluña. Los catalanes buscan, pues, vía EEUU, el reconocimiento internacional a su derecho al referéndum independentista para segregarse de España.

Mientras tanto, y aparte del continuo expolio de nuestras riquezas, del desmantelamiento de nuestro sistema productivo, de habernos desposeído de nuestros instrumentos económico-financieros (las cajas de ahorros ahora, y los bancos con anterioridad), y de haber convertido a Canarias en un canallesco mercado cautivo, ¿qué pasa con la independencia de Canarias? La cuestión estriba, en mi modesta opinión, en que el soberanismo canario sigue sin dar réditos políticos. Y si no, ahí están los autonomistas de CC ocupando subrepticiamente el espacio político nacionalista; y el espectro político verdadero y auténticamente nacionalista, absolutamente atomizado: sin orden ni concierto, y con las mismas rémoras de siempre. ¿Hacia dónde vamos realmente?

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Ramón Moreno