El mutismo del Gobierno de Canarias en torno a la organización de la próxima edición del Salón Internacional del Libro Africano (SILA) ha generado gran crispación en el mundo de la cultura tinerfeña tanto en el ámbito privado como en el público, ya que consideran que el traslado a Gran Canaria ha sido un error y que la programación de este año no está a la altura de los años anteriores pues se ha hecho deprisa y sin tener en cuenta la esencia de esta iniciativa.

Aunque desde hace algunas semanas trascendió que el certamen se trasladaría a Gran Canaria, tras el concurso organizado por la Viceconsejería de Cultura del Ejecutivo autónomo, en el que resultó vencedor el proyecto presentado por la UTE entre la Fundación Farrah y Looking for Development, el departamento regional aún no ha oficializado esta decisión ni ha publicitado el evento.

Por contra, Casa África, que será la que acoja la mayor parte de los actos, lleva anunciado desde hace días, a través de su página, un avance del programa y los epígrafes en los que se divide, así como las actividades paralelas preparadas para esta ocasión.

Según fuentes de la Viceconsejería, el SILA se llevará a cabo entre el 11 y el 28 de diciembre, aunque Casa África tenía fijado mañana como la fecha de inicio, un hecho que corrigió a media tarde de ayer.

"Cosas como esta demuestran la desorganización con la que se está trabajando", según argumentaron ayer Antonio Vizcaya, presidente de la asociación SILA, creadora del proyecto, y el director de Ecopress Comunicaciones, Martín Rivero.

En este sentido, el director de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa, señaló que lo que se percibe es "una gran precipitación para sacar adelante el SILA 2012 y una ausencia completa de un modelo o una idea bien definida de cómo organizarlo".

Al respecto, apuntó que "siempre empezábamos a trabajar con los organizadores en el próximo SILA a los 20 días de acabar, pero, a día de hoy, todavía no hemos recibido ninguna comunicación oficial del Gobierno sobre esta iniciativa y únicamente se nos envió una carta por parte de una empresa a principios de noviembre informándonos de que era la ganadora del concurso y solicitando nuestra colaboración, pero en genérico, sin proponernos una reunión ni presentarnos un proyecto concreto".

Así, De la Rosa incidió en que "parece que lo que ha pasado es que se ha querido hacer de cualquier manera para no perder la subvención europea, asociada a este proyecto".

Por su parte, Vizcaya aseveró que "el SILA se ha desvirtuado por completo y lo han convertido en un paripé, ya que los contenidos originales han quedado diluidos".

En este contexto, resaltó que "aunque nosotros contemplábamos una amplia oferta de actividades paralelas en las que tenían cabida la música, el cine y otros asuntos relacionados con el ocio, ahora esto es lo que predomina frente a los temas vinculados a la industria del libro y la creación literaria, que era lo verdaderamente importante".

Afán de protagonismo

En cuanto al cambio de sede, esgrimió que "no salimos de nuestro asombro al comprobar cómo una institución como Casa África ampara esta maniobra, sabiendo que se está cometiendo una ilegalidad y conociendo de primera mano los objetivos del proyecto inicial, ya que siempre ha colaborado con nosotros". Por eso, se demuestra que "ha podido más el afán de protagonismo y de tener el SILA en Las Palmas".

Del mismo modo, añadió que "en los últimos días se ha estado intentando contactar con algunas instituciones de otras islas para justificar que se trata de un proyecto regional, como es el caso del Cabildo de La Palma y los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, aunque parece que no han tenido mucho éxito".

A su vez, destacó que "también le ha retirado su apoyo la Alianza Internacional de Editores, que, igual que en 2011, iba a realizar su congreso anual en el marco del SILA, pero ante los acontecimientos decidió hacerlo en Guadalajara (México), y la mayoría de las editoriales tinerfeñas, así como algunas de la Península".

Entretanto, Martín Rivero, que presentó un recurso contra la Viceconsejería de Cultura por su exclusión del concurso de adjudicación, reiteró que, "como hombre de la cultura, entiendo que lo que se le ha hecho a la asociación SILA es una auténtica jugarreta".

El director de Ecopress comentó que "no es lógico que un evento que se gestó en Tenerife y que siempre ha estado muy vinculado a la Isla acabe en Gran Canaria". Es por ello que alega que "el proceso ha sido bastante desafortunado y ha supuesto un error enorme de los gestores de la Cultura del Gobierno".

En este apartado, coincidió con Cristóbal de la Rosa, que insistió en el "profundo descontento" por parte del Cabildo tinerfeño, ya que "el SILA es una iniciativa privada que ha pasado a ser del Gobierno".

Respecto al lugar donde se desarrolla especificó que, "aunque nos parece bien que se extienda el radio de acción a otras islas, no vemos bien que después de todo el trabajo y apoyo que hemos venido prestando a este proyecto desde su primera edición, se lleve repentinamente a otro sitio cuando está completamente asentado".

Igualmente, defendió que "el Cabildo de Tenerife es la segunda institución más importante del Archipiélago tras el Gobierno de Canarias, y por ello es gravísimo que se actuara de esta manera sin explicarnos por qué".

Ante este panorama, y en alusión al Ejecutivo autónomo, sentenció que "la Administración pública no está para entorpecer, sino para todo lo contrario".