Un total de 234 pasajeros, la mayoría de ellos canarios, permanecen en el aeropuerto de Maiquetía de Caracas desde mediodía (hora local) del jueves a la espera de poder volar a Tenerife con la compañía Santa Bárbara Airlines.

El origen del problema fue el fallo de una pieza que no estaba disponible en dicho aeródromo, lo que obligó a inmovilizar el avión hasta que llegara. No obstante, los afectados se quejan del "trato inhumano" recibido, puesto que aunque el vuelo estaba previsto para el mediodía no fue hasta la una de la madrugada cuando se les comunicó la cancelación.

"A esa hora todo el pasaje decidió no salir del aeropuerto, puesto que el riesgo de sufrir un atraco era muy elevado, así que dormimos por el suelo y como buenamente se pudo sin saber cuándo podríamos volar", explica Cecilio, uno de los portavoces de los pasajeros afectados, que detalla que entre el pasaje hay cuatro personas en sillas de ruedas y vario niños.

"¿Cómo es posible que supieran que había una pieza rota y que, sin embargo, nos hicieran pasar todos los controles, embalar el equipajes -que hubo gente que tuvo que hacer hasta cinco horas en cola- y demás para después, de madrugada, decirnos que no volábamos?", se pregunta Cecilio, antes de confirmar que, debido a esta circunstancia, todo el pasaje se encuentra sin su equipaje y, sin embargo, solo se les ofrecieron 30 bolsas de aseo para 234 personas.

Este periódico habló con una representante de la aerolínea que se comprometió a informar sobre el caso, sin que después se volviera a poner en contacto con esta redacción.

Ante la gravedad de la situación y a demanda de los afectados, el propio cónsul de España intervino ayer y se comprometió a buscar una salida al conflicto, aunque se ha descartado la posibilidad de utilizar otro avión, ya que la Unión Europea (UE) no permite operar con otras naves que no sean 676 y Santa Bárbara no dispone de modelos de este tipo libres.

A última hora de ayer, los pasajeros confirmaron que la compañía, dando por hecho que la avería no se repararía, les ofreció la posibilidad de regresar a su casa (si la tienen) o de trasladarse a un hotel, comprometiéndose a indemnizarles en bolívares, algo que los afectados rechazan.