Hay situaciones que, por muchas razones que se aporten, son inexplicables para el sentido común. Una de ellas es esta: ¿por qué Canarias se encuentra a la cola de España en el desarrollo de las energías renovables cuando cuenta con las mejores condiciones y los argumentos más poderosos para impulsarlas?

Producir energía eléctrica en las Islas supone un sobrecoste anual de 1.300 millones de euros que pagan todos los consumidores del país. La implantación de energías alternativas, menos costosas que las convencionales, contribuiría a reducirlo sensiblemente. Además, la abundancia de recursos -horas de sol y viento- puede hacer que la generación sea más barata incluso que en el territorio peninsular, pese a los costes del transporte. Sin embargo, solo un 10% de la electricidad que se produce proviene de fuentes renovables, frente al 30% del conjunto de España.

La situación es mala, pero puede ser peor. La prometida excepción para el Archipélago en la suspensión de nuevos proyectos de renovables decretada por el ministro de Industria, el canario José Manuel Soria, no termina de llegar, y la aplicación de un nuevo impuesto sobre esta actividad amenaza, según el sector, con ahogar su incipiente desarrollo en la comunidad autónoma.

Los representantes nacionales de las entidades empresariales y sociales relacionadas con las energías alternativas han acudido esta semana a Canarias para dejar claro que la región urge de un tratamiento especial si no quiere alejar la inversión de millones de euros y la creación de miles de puestos de trabajo. Es más, alertan de que la actual parálisis pone en riesgo unos 5.000 empleos en una comunidad que ya padece los peores índices de paro del país.

Consenso social

Uno de ellos es Jorge Morales, empresario de las energías sostenibles y miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, quien atribuye la situación a la "complejidad administrativa" que reina en el Archipiélago y a la escasa voluntad para resolver algunos problemas. Por ello, reclama un "consenso social", necesario en toda España, pero aún mas en las Islas a causa de la maraña normativa y administrativa que las caracterizan.

"Las inversiones en energía se recuperan en un plazo muy largo y requieren planificación y pacto. Cuando uno trata de hacer las cosas a las bravas en este sector, suele equivocarse. Sin duda, uno de los problemas es el administrativo, que exige ese consenso", advierte Morales.

Un ejemplo de las trabas que ponen las instituciones lo ofrece el fallido -y polémico- concurso eólico que el Gobierno regional convocó hace unos años. "Al final el precio era el mismo que en la Península porque había que pagar un canon del 9% de los ingresos del parque", explica Morales. De esta forma, se desincentiva la iniciativa empresarial y no ocurre "lo lógico": que, al haber más viento, el coste resulte menor.

"No hay excusa. Las renovables son competitivas, y en Canarias más, porque hay más viento y más sol", coincide José Donoso, secretario general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). La moratoria impuesta por Soria ha frenado, asegura, 98 proyectos fotovoltaicos que hubieran supuesto la inversión de 15 millones de euros. Actualmente, las Islas cuentan con solo un 3,3% del total de la potencia fotovoltaica instalada en el país.

La introducción de un nuevo tributo del 6% para estas explotaciones -que, promovida también por el ministro, se ha discutido estos días en las Cortes y que se une a un impuesto del 30% que se aplicará hasta 2013- representará, según Donoso, que muchas empresas canarias entren en concurso de acreedores "porque se les hace imposible pagar estas cantidades". Pese a que el sector ha solicitado a Soria la paralización del nuevo impuesto mientras sigue vigente el anterior, el ministro ha sido "absolutamente insensible".

Los empresarios de las renovables no esconden que los territorios insulares como Canarias también presentan problemas. "Hay que adaptar el sistema a una generación que, en su mayor parte, no es tan predecible como la de las energías convencionales", apunta Jorge Morales, quien, sin embargo, está convencido de que "las dificultades técnicas son resolubles, pero para ello hay que tener voluntad".

De hecho, dice, "hay muchas islas que lo están haciendo". Se refiere no solo al caso de El Hierro, sino de otros territorios que se han embarcado en proyectos mucho más complejos. "El problema técnico puede suponer un sobrecoste en un momento determinado, pero podemos ponernos a trabajar y resolverlo, como hacen en otros lugares", anima.

Las renovables son el camino para llegar a un cambio drástico del modelo energético por el que, según el sector, no habría que esperar más y que incluye también una radical transformación radical de la movilidad, con la electrificación del transporte y el abandono de los combustibles fósiles. Tienen claro que no es una quimera, y que Canarias es la región ideal para experimentar. "Hay 1.300 millones anuales de sobrecoste. Si en algún sitio tiene sentido hacer pruebas es aquí", argumenta el representante de la plataforma.

No es fácil, ni será a corto plazo, pero el sueño de una Canarias "cien por cien renovable" puede hacerse realidad. Morales lo tiene claro, como también que este cambio contribuirá a crear una marca para el Archipiélago y a afianzar su posición como destino turístico. No en vano, recuerda, el proyecto de El Hierro "se está vendiendo a nivel internacional".