Si es verdad, como dijo ayer la viceconsejera de Sostenibilidad del Gobierno canario, Guacimara Medina, que los colegios son el foco del que debe partir un modelo de vida más respetuoso con el medio ambiente, el barrio lagunero de Taco tiene una buena base para construir un futuro sostenible. Uno de los institutos de la zona, el IES Marina Cebrián, fue distinguido ayer como el centro educativo más comprometido con estas prácticas.

El Marina Cebrián se ha hecho merecedor de este premio por los tres proyectos que desarrolló durante el curso pasado: "Las tres R en el aula", que buscaba convertir las clases en un espacio caracterizado por el uso racional de los recursos; un mercadillo y rastro solidario con productos confeccionados con material de reciclaje, y un huerto escolar cultivado mediante agricultura ecológica.

"Aquí se nos da una base con la que tenemos que aportar algo fuera". Bandia, Sheila y Selene son tres alumnas que han asimilado la filosofía del centro y que hacen esfuerzos para transmitirla en su entorno más inmediato, especialmente familia y amigos. Eso sí, advierten de que la falta de contenedores complica la separación de residuos en la zona.

Las actividades que han llevado a cabo son de muy diverso tipo: elaboración de abono orgánico para el huerto, fabricación de papel a partir de papel ya utilizado, exposiciones, orientación, asistencia a charlas informativas, salidas de campo... La experiencia les ha permitido adquirir nuevas habilidades -la producción de abono con verduras podridas y gusanos es, tal vez, la más llamativa- y tomar conciencia de la necesidad de "convertirse en profesores de sus familiares y vecinos", como explicó la directora general de Ordenación Educativa, Georgina Molina.

El concepto de sostenibilidad lleva aparejada la idea de no malgastar recursos escasos y desigualmente repartidos, por lo que el espíritu solidario también ha formado parte de estas acciones. De hecho, gracias al mercadillo celebrado por los estudiantes del instituto pudieron recaudarse casi 1.300 euros para el comedor social de la calle de La Noria, en la capital tinerfeña.

Lo sostenible también alude a la permanencia en el tiempo. Los esfuerzos no pueden ser flor de un día. En el Marina Cebrián lo saben: este proyecto tiene una larga vida por delante.