Urge encontrar un punto de encuentro en el que los intereses del puerto de Santa Cruz de Tenerife fluyan todos hacia la misma dirección. rge diseñar un marco de intenciones y objetivos comunes sobre el que trabajar que lo aisle de debates políticos recurrentes y de intereses partidistas. Debates como el que ha surgido recientemente a cuenta del Plan Especial del Puerto. Hablan los políticos, algunos, de rescatar espacios del puerto capitalino para crear zonas de ocio y de esparcimiento turístico. Y en este punto se encontrarán siempre con una firme respuesta contraria de los trabajadores portuarios, nosotros, que conocemos el potencial real de nuestras instalaciones. ¿Cuándo los políticos de esta ciudad van a abrir un debate serio y proactivo sobre el Puerto de Santa Cruz de Tenerife?

Entre todos los condicionantes que ahora restan en el verdadero potencial del puerto, uno sobresale de los demás: la falta de mentalidad pro puerto de determinados sectores sociales; especialmente de la clase política.

¿Dónde están las prioridades para nuestra ciudad? ¿Quién sabe de historia aquí? ¿Quién maneja datos de lo que significa realmente una industria portuaria para una ciudad de primer orden como la nuestra? ¿Hay algún político en esta ciudad con la personalidad y seriedad suficientes? Surgen todas estas dudas cuando, una vez más, se utilizan las instalaciones del puerto para alimentar guerras de alcance corto en las que, entre otros amagos políticos, se insiste en la idea de instalar un parque temático para el ocio nocturno en detrimento de suelo portuario. Ocio y mimo para los turistas sí, también como fuente de empleo, pero no en detrimento de una herramienta estratégica para Tenerife y su capital.

¿Qué sentido tiene buscar nuevas posibilidades para la ciudad pensando en restar posibilidades a uno de los motores económicos de la ciudad? El puerto no puede ser moneda de cambio. Cuando la vitalidad de las instalaciones portuarias se ha mermado, cuando ha perdido competitividad, ha sido por no apostar con firmeza por él, por no dotarlo de las infraestructuras necesarias. Creemos en el puerto. Súmense y el beneficio será global para toda la ciudad tinerfeña y canaria.

Nadie que tenga un puerto como el nuestro debería ningunearlo, nadie debería hacer política obviando las necesidades reales de una ciudadanía que ahora, más que nunca, necesita de personas lúcidas en sus instituciones. Pregunten ustedes, señores políticos, en ciudades como Valencia, Barcelona, Miami, Los Ángeles... pregunten lo importante que son para su salud económica y su cohesión social. Pregunten ustedes, indaguen también en la historia de nuestro puerto, y cuando estén bien situados, respóndannos.

*Coodinador general del Consejo Internacional de Estibadores (IDC)