La Fundación Proyecto Don Bosco acaba de poner en marcha una nueva campaña para lograr pequeñas aportaciones de particulares, colectivos y empresas que permitan seguir atendiendo a casi 500 niños y jóvenes con dificultades que residen en Tenerife. En su sede de La Orotava, esta fundación de la Familia Salesiana, detalla a EL DÍA que su esperanza es sumar mucho con pequeñas aportaciones para poder atender las numerosas necesidades existentes. Como dice su nuevo lema: "Mil necesidades, una esperanza".

El director territorial para Canarias de la Fundación Proyecto Don Bosco, Miguel Ángel Rojas Morales, y el delegado de la entidad en La Orotava, Antonio Expósito, destacan el éxito de su anterior campaña "Solidaridad para seguir", que logró recaudar unos 10.000 euros en aportaciones económicas y otros 10.000 euros en alimentos y servicios donados por particulares y empresas. Esos 20.000 euros obtenidos el año pasado permitieron a la fundación dar una vivienda digna a 28 jóvenes, doce de ellos mayores de edad.

Rojas subraya que el reto de esta nueva campaña es conseguir colaboradores que ayuden a cubrir las necesidades básicas de los casi 500 niños y jóvenes que atienden con pequeñas aportaciones económicas o en especie.

La fundación necesita bonos de transporte público, o aportaciones de 15 euros al mes para comprar bonos de guagua para los jóvenes tutelados; ropa y calzado, o una ayuda económica de 15 euros al mes que permita adquirir uniformes de trabajo; alimentos, o pequeñas aportaciones económicas de 15 o 20 euros mensuales para sufragar el alquiler de habitaciones en hogares compartidos, pequeños cursos formativos o gestiones ante las administraciones públicas.

Para lograr una mayor implicación entre los colaboradores y los receptores de su solidaridad, la fundación ofrece a los interesados la posibilidad de apadrinar a algún joven con dificultades sociales y económicas que trata de labrarse un futuro mejor.

Rojas señala que, sin dar datos confidenciales, "informamos a los padrinos de la trayectoria del chico, en qué condiciones vive, qué cursos realiza o en qué actividad ha logrado sus primeros ingresos".

Los chicos con los que trabaja la fundación son jóvenes con escasa formación, en muchos casos inmigrantes que no tienen familia en España, aunque también atiende a numerosos niños y jóvenes nacidos en la Isla. La entidad, que sigue el ejemplo de San Juan Bosco, apuesta por mantener su apoyo a los que ya han cumplido 18 años, "ya que siguen necesitando ayuda para vivir dignamente", destaca Rojas.

Antonio Expósito recalca que "la gente siempre ha respondido de maravilla cuando la Fundación Don Bosco ha solicitado ayuda. Y creemos que eso es fruto de nuestra transparencia y de la seguridad que damos de que todo lo que se aporta va a donde tiene que ir". A su juicio, "todo el que nos conoce, se queda con nosotros".

Esta entidad solidaria, que gestiona tres hogares de acogida, varios proyectos infantiles de día e iniciativas de empleo para jóvenes, aún piensa en crecer y su próximo reto es poner en marcha en breve un nuevo proyecto en el barrio portuense de La Vera, con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad turística.