El presidente del Gobierno canario y de Coalición Canaria, Paulino Rivero, está a punto de acabar las obras de la residencia que aparece en la foto, situada en El Sauzal, donde ya posee otra vivienda. La mansión se encuentra junto al acantilado situado entre La Garañona y Los Lavaderos. Un ejemplo de ostentación impropio de estos tiempos de penurias y desahucios y que ofende la sensibilidad popular. ¿Dan para tanto los sueldos de un político autonómico y de su esposa, concejal? En la Revolución Francesa, el despotismo del rey le condujo a la guillotina. Aquí no se llegará a tanto, pero las urnas esperan.