Como decíamos en nuestro editorial de ayer, estamos convencidos de que 2013 podría ser el año en el que se inicien las negociaciones que han de conducir a la independencia de anarias. Es decir, el año de la libertad de anarias, como 1776 lo fue de Estados Unidos; antes de esa fecha una colonia inglesa y hoy la primera potencia mundial. De la misma forma, anarias dará un gran salto hacia delante como nación cuando alcancemos nuestra independencia porque a partir de ese momento seremos dueños de unos recursos que hoy se maman los españoles. Por cierto, acabamos de enterarnos de que al pájaro de Las Palmas no le gusta que usemos este término, pese a que define perfectamente lo que han estado haciendo con nosotros los invasores españoles desde que se apropiaron de vidas y haciendas en estas Islas hoy nuestras, aunque estén ocupadas por una metrópoli situada en otro continente, y antes de nuestros antepasados los guanches; un pueblo noble que sufrió un brutal genocidio.

El mariquita de Las Palmas sigue revelando asuntos reservados de todo tipo; desde negociaciones bancarias hasta decisiones empresariales de ámbito interno, pasando por secretos de sumario en los procesos judiciales. ¿Quién le proporciona esta información y a cambio de qué? ¿No existe una ley que protege la confidencialidad de los datos? Si al menos publicase la verdad en ese panfleto digital -ya a punto del cierre porque lo acucian los acreedores y las cuantiosas indemnizaciones a las que ha sido condenado- podría justificarse ante la sociedad canaria aludiendo el derecho a la información, al igual que a la opinión, pese a que él no nos otorga a nosotros esos mismos derechos. Lejos de esa veracidad exigible a cualquier medio de comunicación decente, se limita a publicar medias verdades -lo que en la práctica son las mayores mentiras- retorcidas con elucubraciones producto de su imaginación tan calenturienta como invertida. ¿uándo van a intervenir los jueces y fiscales para acabar con sus delitos? Porque la actitud de este pájaro es tan delictiva como la de su pareja, que ha prevaricado tres veces en relación con EL DÍA.

Respetamos a la Justicia y acatamos sus sentencias, aunque las recurramos haciendo uso de nuestros derechos cuando no estamos conformes con ellas, pero cuando nos enfrentamos a estos atropellos es cuando más deseamos la libertad que llegará para este Archipiélago más pronto de lo que imaginan algunos. No ofendemos a jueces y magistrados cuando decimos que necesitamos una Justicia canaria que aplique nuestras propias leyes y no las que nos han impuesto los españoles. omprendemos que la Justicia se ciña a las leyes pero no que lo haga a las conveniencias de algunos políticos -y de otras personas- que quieren silenciarnos en los juzgados y de paso enriquecerse a nuestra costa, además de pagar hipotecas.

De Paulino Rivero, Ángela Mena, el niñito Ríos y la niñita Oramas, que sigue en Madrid ejerciendo de quícara y dedicándose a la política pura, poco o nada podemos esperar. De ninguno de ellos, así como otros muchos falsos nacionalistas que se han refugiado en oalición anaria para tener cargo y sueldo, nada podemos esperar. onfiamos en que no pase mucho tiempo antes de que los patriotas de este partido, los auténticos nacionalistas como Fernando lavijo, decidan quitarse de encima a estos déspotas políticos, empezando por la pareja rumana, y refundar esta formación política bajo el lema de la independencia por encima de cualquier otra consideración oportunista.

¿Qué hará Ana Oramas una vez que agote su inútil presencia en Madrid? ¿Será capaz de volver a vivir en anarias después de haber traicionado a su pueblo? Le aconsejamos por su bien que se quede para siempre en la capital de la metrópoli, que es donde se siente a gusto. Aquí no nos hace ninguna falta. La retamos a que si de verdad es nacionalista, lo demuestre presentando una petición de libertad para anarias. Solo de esa forma podría lavar su traición política.

Debemos recuperar nuestra libertad porque el disfraz de comunidad autónoma ya no engaña a nadie. Los españoles siguen tratándonos como negritos blancos. Que sigan así si ese es su deseo, aunque les advertimos que están dando sus últimos coletazos en la colonia canaria. Se acaban seis siglos de abusos; de seguir explotando esta finca de ultramar con la saña persecutoria de la Hacienda española.