El Ayuntamiento de Los Realejos levantó en la mañana de ayer la restricción del consumo de agua potable que se había impuesto en diversos núcleos poblacionales de la parte baja del municipio tras recibir el visto bueno a esa decisión por parte de Salud Pública. Se pone fin así a una semana de prohibición (se implantó el pasado 28 de diciembre) por los problemas de turbidez detectados en el líquido, que alcanzaron el 5,2%, cuando el tope recomendado se sitúa en el 5%.

A diferencia del Puerto de la cruz, que levantó el veto el pasado miércoles por recibir ese día el respaldo de las autoridades sanitarias, el gobierno realejero mantuvo la restricción debido a que los análisis del agua se efectuaron en la sede sureña de la empresa Aqualia y no se limitaron solo a la turbidez, sino que se elaboró un estudio microbiológico completo, lo que requiere cultivar la muestra durante un mínimo de 48 horas.

Aunque los resultados previos indicaban que el líquido ya era potable en La Romántica I y II, Toscal-Longuera, Los Potreros o El Burgado, el gobierno esperó hasta que, ayer, Salud Pública levantara la restricción.