Las dificultades financieras, unidas a la amenaza de despedir a parte de la plantilla, han llevado a la Universidad de La Laguna (ULL) a adoptar una decisión inédita hasta el momento en las Islas, aunque habitual en otras regiones: el cierre de sus instalaciones durante parte del periodo vacacional. La medida se ha estrenado esta misma semana, para descontento de muchos alumnos, que se han encontrado sin lugar donde estudiar en vísperas de los exámenes de enero y febrero.

Son varias las asociaciones de alumnos -AMEC y ACE, entre ellas- que han expresado su malestar, y eso que la institución ha accedido a que tres salas de estudio -las ubicadas en los edificios de CajaCanarias de Guajara y Anchieta y en la escuela superior de Náutica- permanezcan abiertas. Estas excepciones no han satisfecho las necesidades de los estudiantes, como lo evidencia el hecho de que, ayer a las nueve de la mañana, en la biblioteca del TEA, en Santa Cruz, no quedaba un solo sitio libre.

La Asociación Canaria de Estudiantes (ACE) se pregunta, en este sentido, si la medida de cerrar el centro en vacaciones es "más beneficiosa que perjudicial".

"En una época tan próxima a los exámenes, que las dependencias de la ULL no estén disponibles es un gran inconveniente para el alumnado, que no podrá acceder a las bibliotecas de la Universidad ni disfrutar de sus servicios", apunta esta formación.

El grupo juvenil de corte independentista Inekaren también ha denunciado esta situación, que además se produce después de una sustancial subida de los precios de las tasas de matrícula.