Amid Achi es, con diferencia, el empresario de origen árabe y africano más célebre de Canarias, aunque entre sus sueños incumplidos sobresale no haberse convertido, y ya lo ve muy difícil, en el que más trabajadores tiene en las Islas. Llegado a La Laguna a finales de los 60 para estudiar Medicina, descubrió pronto que lo suyo era el comercio. Tras triunfar, presume de haber transitado por la crisis sin destruir mucho empleo (mantiene a 1.423 empleados y ha despedido a un centenar), aunque no puede esconder las consecuencias de una recesión que achaca a "esos mercados incontrolables. A diferencia de antes, que cogían baja, los empleados vienen ahora a trabajar aunque tengan 39 de fiebre", dice como gran síntesis de estos tiempos.

El paro bajó en diciembre pero subió como nunca en 2012, ¿a qué contribuyó más: a bajarlo o subirlo?

Desde que empezó esta crisis, nuestra obsesión es no destruir empleo, aguantar como sea, haciendo lo imposible, virguerías. Despedir es lo peor, un drama para un buen empresario. Salvo con Martínez, que asociamos a una multinacional portuguesa para que absorbiera a sus trabajadores, con lo demás lo estamos logrando. En 2012, ni creamos ni destruimos empleo, pero no quitamos ni un céntimo y pagamos a todos antes de fin de mes. Eso sí, la gente colabora y viene a trabajar con 39 de fiebre, algo que antes no ocurría; se pedía enseguida la baja. También es verdad que he puesto todo mi patrimonio a disposición de los bancos y les explicamos todo para mantener los créditos...

¿Cómo concibe esta crisis?

En España, y en general, caímos en la trampa de los vampiros, de los chupasangre, los dueños del dinero. Se habla mucho de prima de riesgo, abismo fiscal... Pero la crisis la provocaron estos señores, que prestaron dinero a la banca española, que lo cogió a corto plazo y lo prestó a largo sin rigor. La gente lo gastó y ahora no lo puede devolver. Esa banca dice, oye, devuélvemelo; ah, no puedes, pues me das una parte y te subo el interés de la otra. Trabajamos para pagar los intereses. Los políticos lo consintieron, las cajas las dirigían personas no adecuadas y dieron créditos que no se podrán devolver...

Usted estuvo en CajaCanarias. ¿No previeron la burbuja inmobiliaria?

Nadie lo vio porque pensábamos que todo podía seguir así. Podía haber un batacazo, pero no de esta magnitud, sino más suave. Se ha tirado el dinero, se dio crédito de forma muy fácil, todos se dedicaban al mundo inmobiliario y se pensaba que duraría toda la vida, pero los que nos prestaron el dinero ya lo tenían planificado y ahora nos lo piden y, por eso, pagamos intereses carísimos. Pasamos de un extremo al otro. Espero que 2013 sea el último año que suframos, pues ya van siete, pero no lo sé.

¿Qué le parece la reforma laboral: era necesaria o una regresión?

Todas las reformas laborales me han dado igual, no sirven. Al final, si tienes buenos empresarios y las plantillas se sienten seguras, cobran y están a gusto, funciona. El ejemplo de Mercadona o de Inditex me gusta porque pagan bien, reparten beneficios y la gente se siente orgullosa de estar ahí. Está probado que las compañías más cumplidoras y que más pagan a sus empleados son las que mejor van. Más que reformas laborales, se necesita reformas de conciencias: el empleado y el empresario tienen que cumplir.

El Gobierno regional dice que aquí se saldrá antes de la crisis, ¿se lo cree?

Sí, porque hemos entrado antes.

Pero ¿es un axioma inmutable?

El turismo está activando bastante la economía y aquí vivimos casi de él. La ocupación de 2011 fue de récord, la de 2012 no estuvo mal y la de este año será elevada. Esto nos ayudará y, además, veo a comerciantes animados en abrir más tiendas. También los turísticos piensan en salir fuera y en aprovechar los puertos y cruceristas... Después está África...

¿Para invertir o intercambiar?

Para intercambio. Me pregunto por qué no vendemos nuestro verano tan agradable a ese 15% de la población africana con poder adquisitivo alto, en un continente con 500 millones de personas. Ese sector poblacional, en verano, se va de vacaciones y bien podría venir aquí...

Es un foco poco explotado...

Sí. Buscamos al alemán e inglés, y me parece bien, pero aquí al lado hay 500 millones de personas que, en un 10 o 15%, podría veranear, que es nuestra temporada baja, traer a sus hijos a estudiar, guardar dinero, invertir, operarse, recuperarse...

Un poco como ha sido su vida...

Sí. Nosotros, que habíamos pensado en América, estamos extendiendo nuestros negocios a África, a Senegal, Ghana, Camerún y a otros tres países en breve, ya que Centroamérica queda muy lejos y hay mucha inseguridad. Además, hablas con los africanos y compruebas que les encanta venir a Canarias porque se sienten como un señor, ya que, al llegar al aeropuerto, lo tratan bien, lo respetan, el taxista le coge la maleta y le abre la puerta. Eso no ocurre en Francia, donde les tratan como personas de segunda. Y lo mismo en el hotel. Este es el carácter canario, tan afable, que ayuda mucho.

Volviendo al mercado laboral, ¿un despido tan barato no es perjudicial para el consumo, la economía?

A las empresas que triunfan no las veo despidiendo. Hoy, un buen o regular trabajador no se echa porque no hay. En vez de abaratar el despido, apostaría por crear un Ministerio de Formación Profesional. Los universitarios están preparados, pero no los profesionales.

¿Cree en los gobiernos?

Son las reglas del juego. Si no crees, habría que planteárselo todo...

¿Sobran administraciones?

Por supuesto, y todos lo saben. Cualquiera se da cuenta de las complicaciones para hacer algo: hay que ir por tres sitios, algo innecesario, pero nadie se atreve, como si se cayera el mundo. Con Gobierno regional, estatal y cabildos es suficiente...

¿Quitaría los consistorios?

¿Hacen falta 14 ayuntamientos en La Palma, o los que hay en La Gomera? Con 5, 6 o 7.000 habitantes es muy difícil mantener una brigada de concejales, asesores. Hay que mancomunar más servicios.

¿Y cree en la política?

En la política al servicio de la sociedad, sí, para formar a la gente, facilitar las cosas, que tengamos nuestros servicios sociales, aunque quizás son muchos y pertenecen a un país rico, que no es España...

¿El Estado del bienestar es otra burbuja hinchada? ¿En qué?

Hay cosas que son una exageración, como la ley de dependencia, para la que no tenemos dinero...

Son millones de personas y millones de familiares...

Pero es un dineral. Además, cada día tenemos menos gente cotizando y más jubilados. Si esta franja se sigue estrechando, acabará habiendo un desequilibrio que impedirá atenderlo todo...

Pero esto choca un poco con su ubicación política, de siempre escorada hacia la izquierda...

Soy más socialista que otra cosa por donde nací, por ser de familia pobre y porque, al ir a muchos sitios, valoras las cosas. Además, soy muy cristiano y me enseñaron que hay que repartir y no ser egoísta. Si Dios te dio cualidades y tienes posibilidades en una crisis, por ejemplo, no pensar solo en ti...

Eso sí choca con el capitalismo financiero actual. ¿Siente impotencia ante el sistema vigente?

Hay que vivir según las posibilidades y no por encima, como está haciendo Europa, que lo hace por cuenta ajena, por préstamos. Se debe cambiar la mentalidad, producir y crear riqueza. No vivir de la subvención ni del cuento; no vender España trozo a trozo.

¿Comparte ese tópico del canario aplatanado? ¿Debemos envidiar a chinos, hindúes, brasileños...?

Para nada. Hablan del chino, pero han de estar en sus tiendas 14 horas. Y, si vas a China, los ves viniendo de los pueblos a la ciudad para ganar el máximo dinero, durmiendo en las obras. Conozco a los canarios que van fuera y trabajan lo que haga falta... Lo del aplatanado es falso. La mujer canaria, por ejemplo, es muy activa. En mi grupo, hay un gran desequilibrio, pues suponen el 90%. Somos la única empresa con un acta por discriminación por eso.

¿Sigue en pleito con empresarios como Antonio Plasencia?

Hemos tenido algunas diferencias, pero nos saludamos y abrazamos. Creo que es muy trabajador y goza de mi respeto. Ojalá hubiera muchos más como él.

¿Y con Ignacio González, Ambrosio Jiménez...? ¿Le perjudicaron mucho las grandes superficies?

Me llevo bien. No compartimos negocios y Ambrosio compite con nosotros, pero cada uno defiende lo suyo. Las grandes superficies perjudicaron a todos los comerciantes y nos obligaron y obligan a cambiar la forma de trabajar y ver el futuro...

Pero eso es competencia, ¿ha sido bueno o malo en general?

Le puedo dar 10 razones buenas y 10 malas. Para nosotros, que no teníamos competencia, malo; para el consumidor, no sé...

Dice que conoce corruptelas, aunque no las denuncia porque no podría probarlo...

No es mi papel...

¿Ocultar no es codelinquir...?

Sí, pero habría que meter al 95% de los empresarios en la cárcel. En los círculos empresariales y políticos se sabe todo, pero nadie puede hacer de detective, juez y educador de la sociedad. Esto está hecho así.

O sea, que no le sorprenden los casos que afloran...

No. Pero los casos grandes, no los otros, se desinflan, terminan en nada, lo arreglan por detrás.

¿Algún político le ha propuesto algo indecente?

Responderé como Plasencia: no se han atrevido. Aquí parece que todos los empresarios son santitos. Los que hacen esas cosas no son idiotas, lo hacen bien para que no se pueda demostrar...

¿Usted también?

Jamás le he pedido a un político que haga algo ilegal para ayudarme. Lo que les pido es que, como creador nato de empleos que soy, no me perjudiquen, que no tarden nueve años en darme una licencia, pues ese negocio ya se desfasó.

Muy creyente, pero a favor del aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual

Achi no se considera una persona rica, sino "un trabajador con posibilidades que le echa 12 o 14 horas al día" a su labor, "quizás hasta que tenga 70 años", y que "siempre ha reinvertido su dinero aquí para crear empleo". De haber sido médico, tiene claro que le cabría aún menos dicha condición de rico, "salvo que me hubiese dedicado al negocio sanitario", sin señalar a nadie.

De los políticos, admite que Felipe González le gustaba "mucho", pero duda al quedarse con alguno a escala mundial y se ve tan comprometido si se le pide que destaque a uno de Canarias o Tenerife que prefiere pasar palabra, aparte de que cree muy difícil abstraerse de las relaciones personales, la subjetividad y los datos parciales.

Más allá de situaciones sórdidas, como el rechazo en el Club Náutico santacrucero, que prefiere obviar, nunca ha sufrido xenofobia en las Islas, "donde me he sentido como en casa".

Pese a su cristianismo confeso y muy arraigado, se muestra a favor del aborto, "pues cada uno es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo. Soy creyente, pero tengo una mente muy abierta, muy liberal. Las reglas deben adaptarse a la vida, a los cambios". Y lo mismo con la eutanasia, la investigación con células madre y el matrimonio homosexual.

Aparte de ser el empresario con más trabajadores en Canarias (está entre los 15 primeros), otro de sus sueños incumplidos y que espera con anhelo es convertirse en abuelo. Entre sus frustraciones, la mayor es que los bancarios y los políticos "no se estén dando cuenta del sufrimiento de la gente. Los bancos van a salvarse, pero así es el capitalismo. Sin embargo, echo de menos soluciones reales para los desahucios y para aportar créditos a los empresas, como dos años de carencia, para que no cierren, haya más paro o suicidios de empresarios".

Según señala, lo peor de su vida fue perder a un hijo y, lo mejor, los frutos de su "forma participativa de hacer negocio".

Siria, Palestina, prensa...

Lo que no soporta el dueño del Número 1 es la traición, que dice haber sufrido, "como todos". Sobre al miedo, asegura que se lo provocan "los conflictos que surgen de repente en los países". Lo dice él, un sirio que, aunque muy canario, sufre al comprobar cómo su país se desangra en una guerra "que no terminará hasta que se acabe con el armamento sirio y se queden sin fuerzas". Tiene claro que era una dictadura, "pero es que todos los países árabes lo son: si se cambia una, viene una peor". En una línea similar se pronuncia sobre el conflicto entre Israel y Palestina, cuya solución cree que llegará, "pero a largo plazo". Sobre sus fracasos, admite que el mayor fue adquirir La Gaceta de Canarias y, de lo que ocurre ahora en los medios, afirma que "no es negocio" y que dependen mucho de las administraciones. "Muchos periodistas no ganan lo suficiente para no buscar otros trabajos, y esto contamina el periodismo, ya que, así, no hay independencia. Los periódicos, y también el mío en su día, tienen sus intereses, no se puede leer uno solo o creer solo en uno". Eso sí, asegura que nunca ha respondido a los "kamikazes que dicen de mí barbaridades, a los que no hago ni puto caso, pues se desautorizan solos". Por su parte, la situación del Club Deportivo Tenerife la achaca al "precipitado" ascenso a Primera en 2009.