España es el país de la Unión Europea donde más aumenta el paro de larga duración, el que engloba a los desempleados que llevan más de un año buscando trabajo, debido al impacto de la crisis. Entre 2008 y 2011, el paro de larga duración subió en España en 1,6 millones de personas, el 43% del incremento total registrado en la UE (3,7 millones), según un estudio publicado este martes por la Comisión.

Tras España, los incrementos más importantes se registraron en Reino Unido (400.000 personas), Francia e Italia (alrededor de 300.000 personas), Grecia y Polonia (240.000) y Portugal e Irlanda (150.000). En contraste, en Alemania el paro de larga duración disminuyó durante el mismo periodo en casi 500.000 personas.

En 2011, casi 10 millones de desempleados europeos (el 4,2% de la población activa) llevaba sin trabajo más de 12 meses. Los países con una menor tasa de paro de larga duración (inferior al 2%) son Austria, Luxemburgo, Países Bajos, los países nórdicos y Chipre.

En el extremo opuesto se sitúa España, con 2 millones de parados de larga duración, lo que sitúa la tasa en el 8% de la población activa, una cifra sólo superada por Eslovaquia. España acapara más del 21% de parados de larga duración de la UE, pese a representar menos del 10% de la población activa comunitaria.

En cambio, Alemania representa el 12% de los parados de larga duración de la UE, pese a que su cuota en el mercado laboral europeo está cerca del 18%. Tras España, los países con más paro de larga duración son Grecia, Irlanda y los países Bálticos.

De hecho, el Ejecutivo comunitario alerta de que "las tendencias en materia social y de empleo están divergiendo significativamente en diferentes partes de la UE".

"Está surgiendo una nueva división entre los países que parecen atrapados en una espiral descendente de caída de producción, masivo aumento del paro y erosión de la renta disponible y aquellos que al menos hasta ahora han mostrado más resistencia, en parte gracias a un mejor funcionamiento de los mercados laborales y a sistemas más robustos de protección social", apunta el informe.

Bruselas avisa de un fuerte deterioro de la situación en los países del sur y el este de Europa debido a que "el efecto de los estabilizadores automáticos nacionales -como la prestación por desempleo-, que jugaron un papel importante a la hora de mantener el gasto de los hogares y proteger a los más vulnerables en la primera fase de la crisis, se ha debilitado más recientemente".

Por ello, la Comisión defiende seguir explorando la creación de un fondo anticrisis para la eurozona que pagaría el seguro de paro de los países en crisis, una idea que fue rechazada por Alemania en la cumbre de diciembre. En todo caso, el comisario de Empleo y Asuntos Sociales, László Andor, ha explicado que esta medida sólo podría servir para crisis futuras y no para la actual.

DISMINUCIÓN DE LA RENTA DISPONIBLE DE LOS HOGARES

Bruselas alerta además de que "la crisis no ha impactado de forma uniforme a toda la población sino que a menudo ha conducido a una situación incluso peor para los grupos que se encontraban ya en una situación de gran riesgo, especialmente los jóvenes, los niños y hasta cierto punto los inmigrantes".

Entre 2009 y 2011, la renta disponible bruta de los hogares ha bajado en dos tercios de los Estados miembros de la UE. Las disminuciones más importantes se han registrado en Grecia (17%), España (8%), Chipre (7%) e Irlanda (5%).

De nuevo, esta evolución contrasta de forma notable con la situación observada en países como Alemania, Polonia o Francia, donde el sistema de protección social y un mercado de trabajo más sólido han permitido que los ingresos globales se mantengan pese a la crisis. No obstante, Bruselas alerta de que, si la recesión persiste, el riesgo de exclusión social aumentará también en estos países.