El Instituto de Macroeconomía y Estudios Coyunturales (IMK) recomendó ayer, lunes, un cambio radical de estrategia para hacer frente a la crisis del euro y su director, Gustav Horn, aseguró que el curso de austeridad a toda costa impuesto por la canciller alemana, Angela Merkel, ha fracasado.

"Los gobiernos europeos llevan dos años tratando de salir de la crisis a través del ahorro. Eso no ha funcionado. Por el contrario, cada vez más países caen en la recesión, lo que lleva a un aumento de la deuda", dijo Horn en la presentación de un estudio del IMK sobre la crisis del euro.

El fracaso de la estrategia de austeridad, según Horn, se debe a que muchos economistas y prácticamente todos los expertos de la UE subestimaron el efecto negativo de las medidas de ahorro sobre la economía. En Europa, la posición oficial era la de que por cada recorte de un euro, el Producto Interior Bruto (PIB) bajaba 0,50 euros. Sin embargo, nuevos estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestran que cada euro ahorrado tiene un efecto de un euro o más sobre el PIB y en una situación de recesión el efecto puede llegar a ser incluso de uno por dos.

Eso lleva a un deterioro de la situación económica y, con ello, a una caída de la recaudación fiscal que hace que la deuda, en lugar de bajar, aumente.

Según el IMK para que las medidas de ahorro contribuyan a un descenso de la deuda, efecto de los recortes no puede ser en ningún caso superior a uno por 0,9 y en la situación de los países en crisis el límite es todavía más bajo. Por ello, según Horn, "de momento hay que esperar que la deuda siga aumentando como consecuencia de las medidas de consolidación".

"El que los duros recortes en los países en crisis no hayan llevado al éxito no se debe a que la consolidación no haya sido suficientemente rigurosa, sino es la consecuencia de un curso de austeridad que va contra sus propios objetivos", agregó el economista.

La recomendación del IMK incluye una moderación del curso de ahorro, una flexibilización del calendario para alcanzar las metas de consolidación y recurrir menos a los recortes presupuestarios que a las alzas de impuestos en la parte alta de la escala de ingresos y patrimonios.

Además, el IMK recomienda que en los países que pueden permitírselo -entre ellos Alemania- se den estímulos fiscales al crecimiento y a la demanda.

Por otro lado, el IMK se manifestó a favor de crear un Fondo de Amortización de la Deuda, siguiendo el modelo propuesto por el Consejo Asesor de Economistas del gobierno alemán, los llamados "cinco sabios", en noviembre de 2011.

Ese fondo debería reunir la deuda de los países del euro que supere el 60 % del PIB y emitiría bonos comunes garantizados por todos los Estados del euro.

Además, cada país debería destinar la recaudación de un impuesto determinado a cubrir las obligaciones del fondo.

Durante la presentación del estudio, Horn fue preguntado acerca de si el cambio de estrategia planteado no implica también pedir un cambio de gobierno, pues es poco probable que Alemania cambie de postura con respecto al curso de austeridad mientras Angela Merkel esté en la cancillería.

"Nuestra tarea no es sugerir un cambio de gobierno, sino proponer una política económica sensata", dijo Horn.

Con respecto a la posibilidad de que el gobierno de Merkel modifique su actitud, Horn dijo que en un punto ya lo había hecho al aceptar la compra ilimitada de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE), que el IMK considera un elemento indispensable, aunque no suficiente, para hacer frente a la crisis.

La economía alemana creció un 0,75 el año pasado y espera algo más en 2013

La economía alemana creció en 2012 un 0,75 %. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en Alemania se situó en 2012 sobre el 0,75 por ciento, según cifras aún provisionales avanzadas ayer por el Gobierno y tras cerrarse el cuarto trimestre bajo el signo de la debilidad coyuntural.

El ministro de Economía, Philipp Rösler, avanzó este cálculo para el balance del crecimiento del pasado año, al mismo tiempo que aseguraba vislumbrar "señales positivas" de cara al año 2013.

Los esfuerzos comunes contra la crisis del endeudamiento en la zona euro "están dando frutos", a juicio del titular de Economía, por lo que es de esperar que se supere la actual situación de debilidad coyuntural.

Rösler considera, asimismo, que la contención inversora de la industria alemana es un fenómeno "pasajero", fruto de una debilidad también "temporal", por lo que se espera también en ese aspecto una recuperación.

Según las cifras difundidas en diciembre por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), la economía alemana creció apenas un 0,2 % en el tercer trimestre de 2012, gravada por la debilidad de la zona euro. A la debilidad coyuntural de ese periodo siguió un cuarto trimestre asimismo flojo, según los pronósticos aún provisionales y tras un año marcado por la situación en el conjunto de la zona euro.

Los principales institutos económicos del país pronostican para el próximo año un crecimiento para Alemania del 1 %.

Es el porcentaje que ha estimado el Gobierno de Angela Merkel para su crecimiento en este año a expensas de rebajar el pronóstico con el devenir de los acontecimientos.