Ya han transcurrido tres temporadas desde la desaparición del Tres de Mayo de balonmano, que por motivos económicos se vio obligado a renunciar a la plaza en categoría nacional.

Fue en 2010 cuando Puerto Cruz y Tres de Mayo sellaron un convenio con el firme propósito de que Tenerife solo tuviese un equipo en esta disciplina deportiva. Los presupuestos eran insostenibles para el máximo mandatario del Tres de Mayo, Paco Sicilia, y no hubo otra salida que la de la fusión.

La unión de los dos equipos fue acogida con agrado y gran satisfacción por parte de los responsables de deportes del Cabildo, que veían en este tipo de alternativas la solución a los problemas económicos que comenzaban a aparecer en cualquier disciplina. Por tanto, la Corporación insular, encabezada en su área de Deportes en aquella época por Dámaso Arteaga, se comprometió a liquidar la deuda de 108.000 euros que tenía pendiente el Tres de Mayo con varias pólizas de créditos. El Cabildo llegó al acuerdo de que en tres años, a razón de 36.000 euros por año, pondría fin a esa deuda.

"Solo se ha cumplido con el primero de los plazos, los otros dos los estamos pagando Jorge Carrillo y yo y ya no aguantamos más. Desde la llegada de María del Cristo Pérez a la consejería de Deportes todo han sido largas y a todo le han sacado punta. Incluso el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, con el que me he reunido en cuatro ocasiones, nos ha dado la razón y nos ha dicho que es una injusticia, pero sin embargo nos siguen engañando", manifestó Paco Sicilia, el que fuera por aquel entonces presidente del CB Tres de Mayo.

"Al final no ha quedado más remedio que presentar una demanda. Esperemos que sea la justicia quien resuelva esta situación. Ellos y nosotros sabemos que nos han engañado. Si hubiésemos sabido que no iban a cumplir, nunca hubiéramos quitado la plaza. Solo han buscado pegas para no pagarnos lo que nos deben, Encima se atreven a decir que fuimos nosotros los que incumplimos el convenio porque aunque tenemos los equipos filiales, por otro lado no teníamos un equipo en Segunda, algo totalmente incierto. Se escondían, a María del Cristo Pérez la llamábamos veinte veces y nada, Ricardo Melchior decía: No te preocupes yo lo arreglo porque es una injusticia", terminó diciendo el que durante años dirigió los destinos del club.