A Rosa Millán, la mujer de 59 años que lleva tres días acampada y en huelga de hambre a las puertas de la Consejería de Políticas Sociales y Vivienda, la administración autonómica le ha prometido que en breve le abonará los 6.500 euros correspondientes a la ayuda prevista por los enseres que perdió en la riada que en febrero de 2010 asoló su vivienda en Tabaiba Baja. Ese fue el compromiso de la consejera Inés Rojas tras reunirse con ella en la mañana de ayer.

Eso sí, después de revisar su caso, fuentes de la Consejería regional informaron de que el expediente se había desestimado en abril de 2011, argumentando al respecto que la afectada no había aportado la documentación adicional que se le había requerido.

No obstante, Rosa sostenía tras el encuentro con la consejera que la ayuda por los enseres representa "el chocolate del loro", porque a su juicio lo verdaderamente importante es que el Gobierno debe resolver su caso y abonarle el dinero que, según entiende, le corresponde por el daño irreparable en su vivienda, después de una espera de tres años desde el infausto siniestro.

Rosa rebate los argumentos que esgrime la administración para desestimar su solicitud, en concreto el que la vivienda esté a nombre de su padre y que la unidad familiar supere los 35.000 euros de ingresos que se fijan como tope máximo para acceder a la ayuda.

A lo largo de estos años, Rosa, que es funcionaria, ha vivido de en Santa Cruz, abonando de su bolsillo el alquiler de una vivienda.

Inés Rojas, que desmintió que estuviera de vacaciones, justificó el retraso en el abono de ayudas por casos como el de esta riada, a las dificultades presupuestarias, que atraviesa el Gobierno, pero aseguró que todos aquellos que cumplen los requisitos las cobran.

Asimismo, subrayó que las partidas deben ser compatibles con las que libra el Estado, los ayuntamientos y el Consorcio de seguros, para no desvirtuar el pago.