La concejal de Sanidad de La Orotava, la nacionalista Yurena Luis, indicó ayer a EL DÍA que, a su juicio, lo más adecuado es que, en caso de que el propietario del centenar de cabras que quedan en el barranco de Tafuriaste no logre venderlas a finales de la próxima semana, se sacrifiquen y no se reubiquen en otro sitio.

De esta forma, Yurena Luis discrepa un poco del consejero insular de Agricultura y Ganadería, José Joaquín Bethencourt, quien señaló el pasado miércoles a este periódico que le había dado un plazo de dos semanas al citado dueño y a su hija, que se encarga más directamente de estos trámites, para intentar cerrar una posible venta. En caso de que no lo lograran, el responsable del área en el Cabildo prefería reubicar las cabras en alguna zona del Norte, que prefirió no especificar, aunque tampoco descartó que se optase por el sacrificio de los animales, si bien recalcó que, al tratarse de la peor salida económica para los ganaderos y las propias cabras, intentaría al máximo evitar esta tercera opción.

La concejal, por el contrario, asegura que no disponen de espacio para reubicar las cabras, aunque no se pronunció sobre la posibilidad de llevarlas a otro municipio de la comarca.

El consejero, eso sí, aclara que los controles sanitarios y "continuos" a estas cabras realizados en los últimos meses han certificado que son las que mejor estado presentan, después de confirmar que "se sacrificó el 67% de las que dieron positivo por fiebre Q", razón por la que Salud Pública decretó el traslado urgente ante la afección de dicha enfermedad a un vecino de la urbanización Tafuriaste, ingresado durante tres semanas en el hospital de La Candelaria.

Frente al consejero, los vecinos, críticos, que han decidido exigir por la vía judicial el traslado de las cabras, aseguran que no se ha sacrificado ninguna y que las que faltan de las 300 que había en el barranco, "o se han vendido o se han reubicado en otras zonas del Valle".

El área local de Sanidad, por su parte, cumplió ayer su anuncio y se trasladó al barranco para limpiar las áreas donde se ubicaban o aún quedan cabrerizas. Entre otras cosas, los operarios se llevaron las placentas que se convierten en focos de infección y una cabra que yacía muerta en el enclave, según confirmó la edil.

Para hoy, y tras obtener el pertinente permiso del Consejo Insular de Aguas, está previsto que se fumigue el barranco para intentar erradicar los focos de pulgas que afectan a los vecinos más cercanos. Además, no se descarta quemar los restos de los establos ya derribados y desarrollar otras acciones para minimizar también la masiva presencia de ratas.

Para la edil, los vecinos han demostrado "una gran paciencia" en este caso, "sobre todo después de que se diera la afección por fiebre Q. El retraso en la limpieza lo explica por el último plazo dado por el Cabildo, fijado para después de las fechas navideñas.