EL Circo del Sol supera la actual crisis con holgura. La franquicia circense canadiense tiene previsto facturar en torno a 1,5 millones de euros por la venta de entradas del formato que durante una semana exhibirá en el pabellón Santiago Martín de La Laguna.

"Alegría" es uno de los dos espectáculos -el otro tiene como título "Saltimbanco"- que el Cirque du Soleil programa en estos momentos en recintos deportivos. Además, representa ocho proyectos diferentes en giras con carpa y programa de forma permanente otras 12 variantes artísticas en China, Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York y Orlando. Como resultado final de esta apuesta tan ambiciosa, la obra ideada por Guy Laliberté ingresa anualmente unos 350 millones de euros, una cifra descomunal que ha situado a su imperio como la empresa cultural más rentable de Canadá. Otro ejemplo del maná en el que se ha convertido un modelo de entretenimiento que ha sido contemplado en directo por más de 44 millones de espectadores.

Abrir un nuevo mercado. Ese era el gran secreto de un sueño que nunca trató de competir con un circo amordazado por una crisis eterna. Laliberté jamás quiso tener animales en su boceto -en ese apartado se ahorró los costes derivados de su alimentación, cuidados, transporte y seguros- y buscó su potencial en la calle. Allí, en las plazas de Quebec, encontró a sus futuras estrellas a un precio razonable: ya no se planteó pagar un dineral por un acróbata, sino contratar a varios trapecistas que fueran capaces de dar vida a una realidad visual que en muchas ocasiones se desarrolla en tres pistas a la vez: en La Laguna se optó por un escenario único y central por el que desfilan artistas con edades comprendias entre los 17 y los 40 años.

De "Alegría" estima que se despacharán hasta el próximo domingo casi 39.000 entradas, una expectativa que va a dejar en la Hacienda canaria unos ingresos de más de 100.000 euros en concepto de venta de localidades. A ese dineral hay que sumarle las partidas que se obtengan con la distribución de refrescos, agua y golosinas y, cómo no, las cajas que se hagan en los distintos puestos de "merchandising" que se han instalado en las galerías exteriores del Santiago Martín: la banda sonora de "Alegría" es el CD que más éxito tiene entre la siempre fiel clientela del Circo del Sol.

En la idea anterior, en la lealtad que ponen de manifiesto los admiradores de sus "shows", se descubre uno de los valores principales de una compañía que cuenta con una nómina de cinco mil empleados, de los cuales más de setecientos son piezas claves en sus espectáculos.

Esta "tormenta" de euros se empezó a originar a partir de una planificación de disminución de costes que derivó en la creación de un diseño muy novedoso que no tenía nada que ver con la imagen clásica del circo: Guy Laliberté no competía con domadores de leones, con lanzadores de cuchillos o con unos magos que continuaban ejecutando sus rancios trucos; él quiso poner la coreografía por delante de la risa de unos payasos para moldear una fórmula que llamó la atención de los grandes productores de Broadway.

El impacto de sus inventos escénicos -trasladados a la pantalla con la película "Mundos lejanos"- derivó en un universo que ha generado clubes de fans, webs especializadas, departamentos en los que se estudia cómo innovar artísticamente y en los que se testan los elementos de creatividad y seguridad asociados a cada producción.