"Extra, extra, otro caso de corrupción de manual". Cual vocero de periódicos de finales del siglo XIX, así propagaba el concejal de IUXTF-Verdes, José Manuel Corrales, un nuevo capítulo del llamado caso Siliuto, justo tras acabar la Comisión de Control municipal. Una providencia, fechada ayer mismo y firmada por la jueza Nuria Navarro, convoca a declarar en calidad de imputados a diez exconcejales que, como miembros de la Gerencia de Urbanismo, firmaron el 3 de diciembre de 2002 a favor de la compra del inmueble ubicado en el número 12 de la calle San Antonio, en el barrio de El Toscal.

La magistrada reclama la presencia el 4 de marzo, a las 10:00 horas, en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Norberto Plasencia, Manuel Parejo y Basilio Franco. Al día siguiente, a la misma hora, será el turno de Dámaso Arteaga, el único en activo, aunque con otro cometido, y Juan Antonio Rodríguez Lorenzo. Ese día también está convocado el ya fallecido Antonio Cova. Por último, el día 11, a las diez de la mañana, cerrarán las comparecencias María José Gutiérrez Pajarón, José Luis Martín y David Saenz.

El abogado Felipe Campos elaboró un documento de sesenta folios después de que le fuera facilitado el expediente administrativo. Otro edil, Pedro Fernández Arcila, había denunciado antes el caso públicamente. En noviembre de 2011, Campos presentó la denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción. "Este caso presenta un esquema similar al de Las Teresitas. Allí el objeto de la compraventa era el frente de playa y aquí un edifico para equipamiento cultural, la futura Casa Insular de la Juventud. No era necesario comprarlo sino que bastaba con cambiar el Plan General y el precio de compra fue muy superior a la tasación de los técnicos municipales".

El ayuntamiento pagó 612.777 euros por un edificio tasado por los propios técnicos de Urbanismo en 332.496. La denuncia plantea supuestos delitos de "falsedad, prevaricación y malversación de caudales públicos". Más de diez años después, la Casa Siliuto sigue sin uso y en claro deterioro, mientras Santa Cruz es con Vilaflor el único municipio de Tenerife sin Casa insular de Juventud.