El miércoles de esta semana publicamos en L DÍA un artículo cuyo contenido no compartimos. Pese a ello, siguiendo en nuestra línea de pluralidad e imparcialidad, quisimos ponerlo al alcance de nuestros lectores como hacemos siempre en estos casos. Nos referimos al artículo titulado "Unidos para que no haya unión", cuyo autor, José Luis Concepción, es el presidente del Movimiento Patriótico. Desmiente Concepción que el Movimiento Patriótico estuviese representado en la visita que los independentistas canarios realizaron hace unos días al editor de este periódico, José Rodríguez, a la vez que afirma que "el MP no cree que sea una buena idea mezclarse con movimientos que deberían formar parte del pasado, ya que poco o nada pueden contribuir a avanzar, pues ni el futuro se construye viviendo de recuerdos, ni transmitiendo consignas que asusten al pueblo canario".

Añade José Luis Concepción que "el Movimiento Patriótico Canario no está de acuerdo con el modo de proceder anunciado en esa desafortunada y desorganizada comparecencia, la cual ha resultado ser una auténtica chapuza política, para que todo siga igual; unidos para que no haya unión".

No estamos de acuerdo, insistimos en subrayarlo, con este planteamiento. Más bien nos viene a la cabeza lo que se dice habitualmente del perro del hortelano: ni come, ni deja comer. Apreciamos al señor Concepción porque es un nacionalista auténtico. Un patriota de los muchos que necesitamos en estas Islas para alcanzar nuestra soberanía nacional. No obstante, desde ese afecto y reconocimiento de su labor le decimos que nunca es un buen camino la disputa generalizada, y mucho más si es gratuita, con quienes compartimos las mismas ideas. Los enemigos no tenemos que buscarlos entre nosotros; los tenemos enfrente. Nuestros enemigos son el colonialismo español, los amantes de la españolidad de Canarias, los falsos nacionalistas de Coalición Canaria -encabezados por un político necio y déspota llamado Paulino Rivero- y también la indolencia; el aplatanamiento del que siempre hablamos. Canarias necesita urgentemente su independencia porque estamos en crisis. Una crisis espantosa que provoca muertes en las listas de espera sanitarias, hambre, emigración y una desesperanza generalizada en la población que, lo hemos advertido en múltiples ocasiones, puede generar un estallido social de imprevisibles consecuencias en el momento menos pensado. Por lo tanto, es absurdo hablar de esperar a momentos mejores. Ha de ser ahora o nunca. O aprovechamos las actuales circunstancias, con Cataluña y el País Vasco camino de su soberanía plena, o estaremos otros seis siglos bajo el yugo colonial español. ¿s eso lo que quiere José Luis Concepción?

Necesitamos nuestros recursos ahora. Necesitamos que nos devuelvan sin demora unas riquezas robadas por spaña con la complacencia de los antes mencionados españolistas y, para más inri, con el beneplácito de los falsos nacionalistas de CC que están actuando como colaboracionistas de los invasores. n Canarias sobran los españolistas, los amantes de la españolidad y los fieles a spaña. ¿Podemos seguir de brazos cruzados ante el vertiginoso saqueo de Canarias? Una rapiña acrecentada últimamente por las oficinas de la Hacienda española, que presionan cada vez más porque los gobernantes de la metrópoli son conscientes de que están a punto de perder la finca de ultramar.

Los ingenuos no somos nosotros, como deja entrever en su artículo el presidente del Movimiento Patriótico. Los ingenuos son los incapaces de ver las cosas como son. Reiteramos que nos encontramos en un momento crucial de nuestra historia. Quedarnos parados supone retroceder y dar un paso atrás nos llevaría a perder lo que hemos conseguido en décadas y hasta en siglos de lucha, silenciosa pero contienda a fin de cuentas, contra una ocupación de nuestra tierra que nunca hemos aceptado aunque, presos de una narcosis, la hayamos aceptado en el pasado. n el pasado, pero no en el presente.

Lo que necesitamos ahora mismo no es propiciar las peleas internas, como decíamos al principio de este comentario, sino fomentar la unidad de todos los independentistas. Ya habrá tiempo de exponer diferencias cuando seamos una nación con su estado, sus leyes y sus partidos políticos. Mientras tanto el objetivo único ha de ser liberarnos de spaña. Por lo demás, las puertas de esta Casa están abiertas a todos los que estén dispuestos a luchar por la independencia de Canarias, sea cual sea su credo político.