Antonio Castro dejó la Presidencia tras diseñar una lista alternativa a su imagen y semejanza. Juan Ramón Hernández y Guadalupe González, sus dos "discípulos" más fieles y aventajados, asumen el liderazgo de Coalición Canaria y su primer objetivo no puede ser otro que volver a unir a un partido más "roto" que nunca, con José Luis Perestelo y toda su gente fuera de la ejecutiva.

Castro presentó hace unas semanas el congreso dando por segura su candidatura. Recuperó los dos mensajes más recalcitrantes de la vieja API: "amenazar" a Madrid y hablar de un partido más insularista. Sin embargo, con eso ya no le llega. En apenas quince días se dio cuenta de que no era capaz de aglutinar a los nacionalistas, lo que motivó que finalmente optara por dar un paso al costado. Eso sí, "no me voy de la política", afirmó en la despedida, "y estaré aquí para lo que necesiten". Que no será poco. Es consciente de que "Juanra" y "Guada" no moverán piezas sin consultárselo. Continuará siendo su "gurú".

El ya expresidente les dijo a los suyos, a los que estuvieron en el terrero de lucha canaria de Los Llanos de Aridane, que era el momento de irse y que estaba convencido de que "sin una persona (sin él), sigue habiendo partido. Comienza una nueva etapa, que debe estar dirigida por otros compañeros". Su adiós, con la boca "pequeña", coincidía con la defensa de su gestión política. De aquella realizada en los últimos años. Lo lógico era pensar que recibiría el apoyo unánime, al menos por su trayectoria al servicio de CC, pero curiosamente, o no tan curioso, no fue así. 39 de sus "amigos" le votaron en contra. Entre ellos, José Luis Perestelo, que había dejado claro ante el plenario que estaba disconforme "con la gestión realizada" por una ejecutiva "a la que yo pertenecí". Un "no" de los que duelen y que Castro nunca olvidará. Demasiados años en el mismo "barco" para soportar una negativa. Otra treintena de compromisarios decidieron abstenerse.

A partir de ese momento, el terrero quedó dividido claramente en dos. A un lado estaban los comités, con Los Llanos de Aridane al frente, que apoyaban a Castro sí o sí, diga lo que diga les vale, y a la nueva ejecutiva, cuyos nombres planeaban en el ambiente. En el otro sector, los opositores, con los representantes de San Andrés y Sauces (la casa "perestelista") con semblantes "descompuestos", junto a los abstencionistas (Breña Alta y Breña Baja). Fue curioso, más bien revelador, observar a miembros de Santa Cruz de La Palma en ambos bandos: en el ataque y en las trincheras. En el medio, gradas vacías. De los 540 delegados llamados a votar, tan solo se presentaron 337, es decir, más de ¡200! prefirieron evitar la tensión y quedarse en casa.

Mientras Nieves Lady Barreto, la alcaldesa de la Villa de Mazo, buscaba la firma de apoyos a la única candidatura, a la que ella pertenecía, en los pasillos se relataba la "historia" de los últimos días. El pacto que existió el viernes, con José Luis Perestelo de secretario general, se acabó rompiendo el sábado, en una comida donde terminó levantándose de la mesa. También se comentaba un ofrecimiento en el mismo congreso de Juan Ramón Hernández al diputado regional para tratar de unir fuerzas y que aquello no "explotara". Eso sí, ofrecimientos siempre con condiciones, con pautas a seguir, con compañeros de viaje casi impuestos, exigencias que el político saucero no quiso acatar. Demasiado "mayor" para cambiar de planes.

Tras cerrar las urnas, llegó el recuento. 247 a favor, 67 en contra, 22 abstenciones y un nulo. Las votaciones eran secretas, pero la mayoría de los "no" llegaban del Norte. A la comarca del frío los "discipulos" de Castro no les convencía. La mesa del congreso daba "por ganador" a Juan Ramón Hernández, Guadalupe González y compañía ante las celebraciones de unos, de la mayoría, de pie y aplaudiendo, y la indiferencia de otros, sentados, inmóviles. "JuanRa" tomó el micrófono. El nuevo presidente destacó que "hemos vivido un ejercicio democrático como nunca se ha visto en Coalición Canaria". Al fin y al cabo, era una forma diferente de interpretar las diferencias. A continuación, afirmó que "debemos salir del congreso como un solo partido que defiende los intereses de La Palma".

Dentro de sus guiños al sector opositor, destacó un "aquí no sobra nadie y se reconoce el trabajo de todos". También tuvo tiempo para hacer mención especial "al que nos ha traído hasta aquí en loor de multitudes. Antonio Castro". Juan Ramón Hernández y Guadalupe González invitaron a Castro a subir al escenario. El expresidente se dirigió a Perestelo para que lo acompañara. Arriba sí hubo abrazos, aunque la división fue tan evidente que ni con besos se oscurece.

Esa fue la cifra de compromisarios que no acudieron a votar en el V Congreso de Coalición Canaria en La Palma, que contó tan solo con 337 delegados, cantidad para reflexionar.

Bien organizado. El congreso de CC estuvo bien organizado, bajo la dirección de Marcos Lorenzo, y, además, abierto en todo momento a los medios. Lo que no pasa en otros partidos.

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José Luis Perestelofue el primero en hablar ante el plenario y avanzó: "Estoy en contra de la gestión realizada por una ejecutiva a la que yo pertenecí". Fue un aviso de lo que vendría a continuación.Antonio Castro dejó la Presidencia de los nacionalistas palmeros, pero advirtió de que no se retira de la actividad política". A sus 66 años de edad se ve todavía con fuerzas suficientes "para seguir defendiendo a La Palma"Juan Ramón Hernández definió las discrepancias como "el mayor ejercicio de democracia que hemos vivido nunca en Coalición Canaria". Guadalupe González Taño ni habló después de ser elegida como la nueva secretaria general.