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rayo b-tenerife

Rayo Vallecano B: Ismael (1), Roberto (2), Alcañiz (1), Gabriel (2), Owusu (1), Cuerva (1), Sáez (1), Perea (1), Rubén (0), Nono (1) y Juanito (0). Además, Collado (1) sustituyó a Juanito (63'') y Rida (1) a Rubén (81'').

Tenerife: Aragoneses, Javi Moyano, Bruno, Tarantino, Jesús Álvaro, Íñigo Ros, David Medina, Suso, Cristo Martín, Chechu y Aridane. En el minuto 60, Luismi Loro entró por Suso. En el 73, Guillem Martí reemplazó a Aridane y, en el 84, Nico a Cristo Martín.

Árbitro: Javier Iglesias Villanueva (Gallego), asistido por Orozco Corredoira y Brito Regadera. Expulsó con roja directa a Luismi Loro (64'') y por doble amonestación a Alcañiz (23'' y 78''). Además, amonestó a Ros (19''), Rubén (76'') y Cuerva (83'').

Goles: No hubo.

Incidencias: Partido de la vigesimoprimera jornada del Campeonato de Liga en el Grupo I de la Segunda División B, disputado en la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano, ante poco más de 600 espectadores. De ellos, medio centenar eran aficionados blanquiazules. Terreno de juego muy irregular. Mañana fría. El Tenerife vistió completamente de azul. La Televisión Canaria y Marca TV ofrecieron el choque en directo.

Al Tenerife se le enquista el problema. Con el de ayer son seis ya los partidos a domicilio en los que no consigue la victoria. Demasiados para un líder que, de seguir así, dejará pronto de serlo. Y es que la versión que proyecta lejos del Heliodoro nada tiene que ver con el equipo igualmente serio en el apartado defensivo, pero dinámico, creativo, brillante y hasta contundente en ataque de sus comparecencias locales. Ante el Rayo Vallecano B repitió los vicios de Guijuelo, Coruxo o Alcalá de Henares. Se sobreprotegió en defensa, encogiéndose en ataque y conformándose al primer revés. No estuvo tan lejos de ganar como en Fuenlabrada ni tan cerca como en Gijón, donde el choque pudo caer de cualquier lado. Pero en todos estos compromisos, matices al margen, careció de la personalidad que se le supone al mejor equipo del Grupo I. La anunciada nueva versión del Tenerife visitante no existió de salida. Repitió Álvaro Cervera el once inicial, pero con la idea de que los suyos jugaran más cerca de la meta contraria para que el recorrido ofensivo fuera menor. El trabajo de la semana se quedó en nada. Quizás porque los blanquiazules siguen demasiado preocupados, se diría que hasta obsesionados, con mantener la portería a cero. El caso es que el Rayo B, como cada escuadra que recibe al líder, salió respondón y los primeros disparos fueron locales. Sáez lanzó fuera por poco una falta directa (6'') a la que luego siguió un disparo alejado de Alberto Perea, que obligó a intervenir a Sergio Aragoneses (10''). Se desperezó el cuadro insular para disparar por primera vez a portería. Fue también a balón parado, en un cabezazo de Tarantino que apenas inquietó a Ismael (12''). Entonces apareció Iglesias Villanueva, árbitro de mal recuerdo para los visitantes por su actuación en la ida del "play-off" de ascenso ante la Ponferradina. Para empezar, anuló dos goles. Uno por un fuera de juego inexistente de Nono al bando rayista. El otro, por una acción lícita de Suso que él consideró falta. Poco después, dobló su apuesta con uno de esos penaltis modernos en los que un disparo (de Chechu) se estrella en la mano de un defensor (Alcañiz). Después de 23 minutos de partido, Chechu Flores tenía en sus botas la posibilidad de abrir el camino del triunfo al Tenerife. Pero falló. Ismael le aguantó bien y despejó a córner desatando la alegría entre los pupilos de José Manuel Jimeno. El error, primero en la carrera del medio jienense en esta suerte, anestesió la contienda hasta el descanso. El shock le pudo a sus compañeros. El miedo, al filial franjirrojo. Poco o nada digno de ser contado sucedió antes del tiempo de reposo y reflexión. Y algo debieron reflexionar los blanquiazules, que salieron de otra forma al terreno de juego. Durante diez minutos, escasos para ganar un partido, se parecieron más a sí mismos. Es verdad que apenas se plasmó en una volea de Jesús al saque de una falta (55''), pero también que las sensaciones fueron distintas. Aunque se tomaran decisiones tan absurdas como que Tarantino lanzara una falta con Cristo y Chechu al lado del balón. Era el momento de dar otro paso adelante y Cervera se dio cuenta de ello. Ante la falta de juego combinativo en ataque, eligió sustituir a Suso para dar entrada a Luismi Loro. El Tenerife recuperaba la apariencia del inicio de la temporada con el fuenlabreño en la mediapunta, Cristo Martín escorado a la izquierda y Chechu en su derecha natural. El intento se frustró en cuatro minutos. Los que tardó el colegiado en dejar en inferioridad numérica a los visitantes. Luismi golpeó en la cara con su pierna izquierda a Roberto y vio la tarjeta roja (64''). La entrada fue tan involuntaria como aparatosa. Un caramelo irrechazable para Iglesias Villanueva. Con uno menos, el conjunto tinerfeño echó por la borda su buena salida de la segunda mitad y la intención de su entrenador de buscar el triunfo desde el juego combinativo. Desde entonces no se jugó. Interrupciones, errores individuales, pérdidas... El choque bajó en intensidad para derrumbarse definitivamente con la expulsión, ésta por doble amarilla, de Alcañiz. La provocó Guillem Martí, al que se vio más en esos minutos que al desasistido Aridane en los 73 anteriores. Ni en esos minutos de diez contra diez arriesgó el Tenerife. De hecho, se puede decir que los dos equipos "firmaron" el empate a cero porque dejaron de arriesgar. Si es que alguna vez lo hicieron durante los 90 minutos. Se jugó más en el campo del Rayo Vallecano B, pero los de Cervera eligieron mal casi siempre. Solo Collado pudo romper el 0-0, pero no atinó en el remate después de un buen centro de Rida cuando el encuentro ya se disponía a expirar (93'').