Nos parece positiva la medida del Gobierno de España de crear una licencia única para que las empresas operen en todo el país y también en Canarias, aunque nuestras Islas, como hemos señalado reiteradamente, no forman parte de España; estas Islas son una colonia española disfrazada de comunidad autónoma que aspira a su independencia. Un anhelo que es urgente, porque no podemos salir de la crisis en la que estamos inmersos por culpa precisamente del colonialismo -y también por la ineptitud del necio político que preside el Gobierno regional- mientras no seamos dueños de nuestros recursos.

La burocracia es un serio lastre para cualquier economía, de forma especial cuando el porcentaje de desempleo alcanza las elevadas cotas que se dan en Canarias y en España. La Cámara de Comercio de Tenerife cifra en más de mil millones de euros las inversiones correspondientes a proyectos privados que están en dique seco por culpa de la burocracia. Proyectos que, según esta institución, podrían crear 20.000 empleos directos. Otros 400 millones de euros cada año, también según datos de la Cámara de Comercio, gastan las empresas anualmente como sobrecoste por la burocracia. Por eso la Cámara de Comercio considera una buena medida el anteproyecto de la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado aprobado el viernes por el Consejo de Ministros. A quien no le ha gustado es al director general de Comercio del Gobierno de Canarias. ¿Por qué?, nos preguntamos. Pues porque a un Gobierno de políticos ineptos, como lo es el que preside Paulino Rivero, no le interesa darles facilidades a los empresarios para que ejerzan su actividad y generen riqueza, sino darse facilidades a sí mismos para vivir bien y, si llega el caso, en mansiones de lujo.

¿Cómo es posible que esta gentuza política no dimita de una vez?, nos preguntamos un día más. Son políticos infaustos para el pueblo y falsos nacionalistas. Coalición Canaria está jugando con fuego y se quemará en las próximas elecciones. Desaparecerá del panorama político en todas las islas como ya lo hizo en la tercera por culpa, entre otros, de personajes como María del Mar Julios. Seguimos preguntándonos de qué sirvieron los esfuerzos realizados por Manuel Hermoso, Adán Martín y el propio Paulino Rivero -que es demasiado torpe, políticamente hablando, para aprender de los errores cometidos por los demás en el pasado- para ganarse a los canariones. Cayeron en la trampa de dar pan a perro ajeno. Y que se entienda esto como el refrán que es, no sea que un muchachito de Las Palmas, al que a lo mejor también tenemos que sacar del armario, escriba un editorial diciendo que denigramos a los habitantes de Canaria relegándolos al nivel de los canes. Nada de eso, aunque la tercera sea la isla de los canes por excelencia.

Nos dicen los independentistas de Las Palmas que deben recurrir a EL DÍA cuando quieren enterarse de lo que sucede, porque no encuentran prensa auténticamente libre en su isla. De uno de los dos periódicos que salen a la calle en Las Palmas poco o nada tenemos que decir, ya que ha mantenido su línea desde que nació con el fin de conseguir la división provincial. El otro está subvencionado vergonzosamente con el dinero de todos los canarios; incluso -lo afirmamos un día más y retamos a que nos rebata quien pueda hacerlo- con el dinero de los impuestos que pagamos en esta Casa.

La libertad, la independencia; esa es la solución para todos nuestros problemas. Por eso reiteramos lo ya dicho en los primeros días de este mes: 2013 ha de ser el año en el que se constituya una comisión para el traspaso de poderes desde España a Canarias. El paro, el hambre, las muertes en las listas de espera, la emigración de nuestros jóvenes y el hastío general ante la corrupción no pueden esperar. ¿Queremos que también nos alcance la peste? ¿Queremos que haya que ir a buscar los cadáveres a las viviendas como ocurría en el Medievo?

No nos merecemos esto. No nos merecemos vivir como un país tercermundista cuando disponemos de recursos suficientes para disfrutar del bienestar que existe en los países más ricos del mundo. No nos merecemos estar regidos por leyes que ni son nuestras, ni favorecen nuestros intereses sino a los de quienes nos colonizan desde hace casi seis siglos. Y, de forma especial, no nos merecemos a un presidente del Gobierno regional políticamente déspota e incapaz; un mal político que tapa sus vergüenzas comprando a la prensa que se deja comprar, la cual no es otra que la hez del periodismo.