Que nadie lo dude: para la pandilla formada por Paulino Rivero y sus secuaces políticos son EL DÍA y su editor, y no ellos, los culpables de que en Canarias haya 116.700 hogares con todos sus miembros en paro. El culpable de que casi 400.000 canarios no tengan trabajo es José Rodríguez y no Paulino Rivero. Como señalábamos en nuestro editorial de ayer, somos nosotros, y no este necio político, los responsables del caos económico, sanitario, educativo, comercial, social que impera en estas Islas. Somos culpables de la corrupción y de la inmoralidad de determinadas subvenciones directas e indirectas. También lo somos del colonialismo destructor y ladrón, y de la peste medieval en que nos ha sumido el déspota y tirano político que ha destrozado Canarias; el incompetente que ha transformado unas islas afortunadas en desgraciadas. Y como los responsables somos nosotros y no unos políticos elegidos por los canarios para que resuelvan sus problemas, todos estos problemas quedan resueltos sentando a José Rodríguez en el banquillo. Solo a EL DÍA y a su editor, insistimos, pero no a los demás medios que publicaron la noticia sobre los papeles de México antes de que lo hiciera este periódico.

Considera el tatarita de Las Palmas que nosotros nos ensañamos con Paulino Rivero al publicar la noticia. ¿Ensañarnos nosotros? ¿Y él, qué? ¿No lleva este pajarraco varios años arremetiendo sin piedad contra empresarios y políticos decentes solo porque no son de su cuerda o tal vez, vaya usted a saber, porque no le han regalado una licencia de emisora de radio? ¿Es o no es ensañamiento lo que lleva haciendo este individuo con el presidente del PP en Canarias? ¿Cuántas veces lo han llevado a los tribunales y cuántas veces ha sido condenado por intromisión ilegítima en el honor, e incluso por calumnias? Es decir, por acusar falsamente a alguien de un delito que nunca cometió. ¿Es o no es ensañamiento la actitud de este individuo con el editor de EL DÍA, al que trata de ridiculizar sin conseguirlo porque un tatarita canarión como él no le llega ni a la suela de los zapatos? ¿Es o no es ensañamiento con unos jóvenes de Las Palmas publicar una información que dañaba gravemente el honor de estas criaturas, motivo por el cual ha sido objeto de una dura condena? Tan grande es la indemnización que deberá pagar por difamador, que no le ha quedado más remedio que solicitar un procedimiento concursal (una quiebra, como explicábamos en nuestro editorial de ayer) ante un juzgado de Las Palmas para liquidar sus empresas y vivir de su pareja y de un sueldo que le ha puesto un amigo socialista.

Ensañamiento es el que sufrimos en esta Casa constantemente desde frentes, qué casualidad, vinculados con el tirano político que preside el Gobierno regional. El propio tatarita nos acusa de pedir un golpe de estado. ¿Cuándo hemos incitado nosotros a una rebelión militar? ¿Es propiciar un golpe de estado decir, como lo hemos hecho, que debe intervenir la Justicia, la Fiscalía y, si es preciso, hasta la Unidad Militar de Emergencias ante la gravísima situación que existe en Canarias?

Ya en el pasado un mando del Ejército español, el afamado general García Escámez -de muy noble recuerdo en esta tierra, como lo demuestra el hecho de que el pueblo quiso que sus restos descansaran para siempre en la parroquia del barrio santacrucero que lleva su nombre, incluso antes de que llegase la autorización del Vaticano para ello- instituyó el Mando Económico. Fue la salvación de Canarias en tiempos de hambre y miseria como los actuales. Acusarnos de golpistas es un disparate y una felonía. Lo repetimos: jamás hemos pedido una intervención armada ni lo haremos porque no estamos locos, sino una acción ante una situación muy alarmante.

Tampoco pensamos que estemos incitando a una rebelión cuando pedimos que los jueces y los fiscales investiguen de dónde procede el dinero que maneja Paulino Rivero. Al contrario: si no se aclaran algunos extremos, sí se producirá un levantamiento popular porque la gente está harta de tanta corrupción y tanto despotismo y nepotismo.

¿De dónde ha sacado el dinero? Como no lo sabemos, queremos que se investigue. ueremos también que se sepa cuánto se destina a subvencionar los medios de comunicación que son afines al presidente. Si tales subvenciones no existen, queremos que se diga claramente. No podemos admitir que se recorten en más de un 60 por ciento las ayudas destinadas a Cáritas -una ONG cuya labor a favor de los hambrientos es impagable- mientras se sigue dilapidando dinero público en periódicos que ya habrían cerrado en el caso de depender únicamente de sus ingresos normales. Eso es un crimen político y social que debe ser investigado porque atenta contra los más elementales derechos de un pueblo sometido a una tiranía política; la opresión instaurada en Canarias por Rivero, Mena y sus secuaces políticos.

Con su actuación pretende resolver los problemas que él mismo ha provocado, porque es un político inepto que nos ha caído encima. Esta persona que en su día creímos que era un amigo. Nos equivocamos. Es un enemigo. No solo un enemigo de EL DÍA, pues eso poco importa, sino un enemigo de estas Islas y de sus habitantes. Eso es lo grave: tenemos el enemigo dentro. Tenemos una quinta columna en el Archipiélago.

¿Desvaríos? Sí, pero no los nuestros. Un desvarío peligroso es cruzarse de brazos y mirar para otra parte cuando hay tanto paro, tanta miseria, tanta hambre y hasta tanta peste medieval en Canarias. Vamos camino de convertirnos en una nación tercermundista. ué ironía -lo hemos dicho muchas veces- cuando disponemos de recursos suficientes para vivir como los ciudadanos de las naciones más ricas. Un auténtico desvarío es seguir consintiendo un estatus colonial que esquilma nuestras riquezas desde hace casi seis siglos. Un desvarío y un absurdo que es incapaz de ver el muchachito que escribe los editoriales -o que es responsable de ellos en calidad de director- en ese periódico de Las Palmas, cuyo nombre seguimos sin citar porque sigue sin darnos la gana de hacerle publicidad. Un chiquito que está haciendo méritos para convertirse en el tatarita dos, aunque aún no tenemos claro en qué categoría incluirlo.

Acusarnos de mentir sobre evidencias tan desmesuradas como la existencia de la mansión de Rivero sí es un auténtico desvarío, amén de un hecho delictivo que podría tener consecuencias judiciales. Nosotros también sabemos dónde están los juzgados. Ya decidirán nuestros letrados -que actualmente estudian el caso- si interponemos contra él una querella, una demanda o cualquier otra acción jurídica que consideremos oportuna porque los rastreros ataques que se le han hecho a EL DÍA y a José Rodríguez no deben quedar impunes. Ya verá ese niñato de Las Palmas que no tiramos la piedra y escondemos la mano como dice él. Ya verá también cómo caen a la cesta del cadalso las cabezas de políticos que destruyen nuestra patria canaria y hoy la gobiernan como cayeron las de Luis XVI y su esposa María Antonieta. Hablamos metafóricamente.

Una última reflexión para acabar: cuando escribimos este editorial no conocemos la reacción de los periódicos protegidos frente a la aterradora noticia sobre las familias con todos sus miembros desempleados. ¿Seguirán defendiendo al amo que les da de comer?

Lo hemos dicho repetidas veces y rotundamente, y el pueblo lo comprobará: no hay solución si no hay independencia, si Canarias no se convierte en una nación soberana con su estado. Y ojo a Marruecos que estamos en sus aguas.