La epidemia de gripe ya afecta a Canarias, puesto que el número de casos no ha dejado de crecer en los últimos días hasta alcanzar las 195 personas afectadas por el virus por cada 100.000 habitantes, aunque ayer había bajado un poco y se situaba en los 150 casos por cada 100.000.

No obstante, desde Salud Pública confirman que la onda epidémica ya ha comenzado y que va a durar entre cuatro y seis semanas más, por lo que incluso podrán llegar a registrarse 3.000 casos por cada 100.000 habitantes.

"Estos datos no son alarmantes. Están dentro de lo que sucede todos los años y es normal que se registren en esta época porque es cuando el virus está en plena circulación", detalla el médico epidemiólogo adscrito a la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, Lucas González Santa Cruz, antes de aclarar que "a diferencia de otros lugares, en Canarias la epidemia de gripe no se caracteriza por tener muchos picos, sino que se desarrolla de forma más lenta, por lo que adquiere la forma de una onda. Desde hace días esta onda está en fase de ascenso y, aunque es normal que baje un poquito, vuelve a subir hasta que ya definitivamente comience a bajar a finales de febrero o comienzos de marzo".

Preguntado por si la vacunación sigue siendo una buena opción pese a que la epidemia ya ha llegado, González Santa Cruz reconoce que "a estas alturas aún sirve, pero cada vez menos, así que quien se lo esté planteando que lo haga mejor hoy que mañana porque tarda unos quince días en ser efectiva".

Y es que Canarias va a cerrar la campaña de vacunación contra la gripe con uno de los porcentajes más bajos de los últimos años, puesto que solo se ha vacunado el 51% (unas 130.000) de las personas calificadas como de riesgo.

Fiebre alta, problemas respiratorios, tos y mal cuerpo son los síntomas más claros de la gripe.

"No hay que confundirlos con tener agüilla en la nariz o escalofríos. Eso es un catarro y no tiene que ver con este tipo de virus", insiste el experto, para el que lo más efectivo para evitar un contagio es la autoprotección.

"Se basa mucho en la educación, es decir, que si alguien que está enfermo en vez de estornudar hacia cualquier parte se pone el codo en boca y evita el contacto directo con las personas que están a su alrededor ya está haciendo mucho. Si además, se lavan con frecuencia las manos las posibilidades de no caer enfermo se multiplican, de ahí que es posible que en los carnavales, con tanta gente apiñada y sin posibilidad mantener una distancia mínima, se registre un repunte de la gripe", concluyó.