Pidamos respeto. La convivencia democrática necesita réplica a las ideas y crítica a los comportamientos; entre ambas se teje el equilibrio que mantiene a cada uno en su sitio. Quienes cobran de lo público se exponen y quienes compartimos nuestra opinión en los medios, también. Saque usted sus propias conclusiones. Cuantas más llamadas de atención recibo -ni se imagina cómo se las gastan algunos de mis interpelados-, más convencido estoy de que doy en la diana. Como el premio refuerza la conducta, allá vamos.

Canarias dice no. Afirmó el ministro Soria que no conoce ningún lugar en el mundo en el que exista semejante oposición a buscar petróleo, en fin, así nos va; el "no a todo" es una ideología política consolidada en Canarias. Un déjà vu -más bien una pesadilla repetitiva-; no sé si usted se acuerda de las torres de alta tensión en el sur de Tenerife. No hemos escarmentado. Un activista justificaba la movilización contra las prospecciones y daba tres razones: el petróleo no va a dejar dinero, contaminará el "pantano" de donde sacamos el agua para desalar y no es compatible con el turismo. Este no sabe que la desalación consume combustible ni le preocupan las aguas fecales que se vierten al mar sin depurar. Aunque el más tonto nunca miente: aquí hablamos de billetes. El presidente Rivero se trasmuta en portavoz del pueblo, dice no y presiona para que el dinero del petróleo se quede en las Islas; parece que no ha conseguido cerrar con Madrid el reparto del impuesto. Mas juega con fuego: el populismo barato mueve montañas y cuando consiga la pasta no va poder dominar a la bestia.

Bermúdez. Otro habitual. El alcalde de Santa Cruz declaró en la COPE que está en contra de las prospecciones de petróleo "por solidaridad". Por solidaridad con los activistas de Lanzarote y Fuerteventura, se entiende, o con los habitantes de esas islas, víctimas inocentes del infortunio millonario, o por solidaridad con todos los canarios que nos comemos los mocos mientras aguardamos el subsidio ultraperiférico.

Compatibles. Sigo sin saber por qué. En el amor no debe haber motivos, no vaya ser que un día las cosas cambien y te quedes sin ellos, sin motivos, me refiero, y tu amor pierda sentido. Como sigo enamorado y soy optimista, me gustaría comprender al señor activista, eso de que el petróleo no es compatible con el turismo. Me imagino que no, que no lo es, de la misma forma que no criaría cochinos junto al restaurante que sirve las papas con costillas. Habrá entonces que planificar a largo plazo... pero qué digo, quizás sea ese el problema: en la acción política vigente, la del regate en corto, pensar en el futuro da vértigo.

Carlos Alonso. Tras ser nombrado sucesor -Melchior dixit in nomine Patris-, el delfín solo comentó que "el presidente me tiene mucho cariño...", reacción lógica a colación del regalo envenenado. Las cifras del paro desvelan a cualquiera. Imagino que es imposible mantenerse al margen. Y en el Cabildo caen en la tentación, justificada en cierto modo, de lanzar un Plan de Empleo Insular. Y habla Alonso de "incentivar políticas activas de empleo" como una forma de paliar los efectos de la reducción de la dotación estatal. Una pena porque, en realidad, propone luchar contra el desempleo mediante contrataciones directas, vía convenios, e insiste en los tópicos: ayuda al emprendedor, la innovación, etcétera, de los que ya se ocupa la administración. El reto desde lo público consistiría, digo yo, en generar las condiciones para que sean las empresas las que ofrezcan trabajo. Queda tanto por hacer para corregir las ineficiencias en la gestión de la corporación, soltar aquellas actividades en las que no es competente y no gastar energía en cuestiones tan poco efectivas.

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